recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

domingo, 9 de diciembre de 2012

¡El Precio Ha Sido Pagado!



Medite En
Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo.
1ª Juan 2:2


Cuando la culpa y la condenación pesan mucho en la conciencia, muchos sienten la necesidad de pagar por sus pecados. Para apaciguar el sentimiento de que han fracasado, se castigan a sí mismos, reprendiéndose mentalmente de forma constante por sus errores, y algunos incluso llegan tan lejos como causarse lesiones o dañar a su propio cuerpo. Y cuando las cosas no salen bien en sus estudios, trabajo o relaciones, se dicen a sí mismos que merecen ese resultado negativo. Ellos no sienten que merecen tener éxito en lo que hacen.
Amigo, la respuesta a nuestra conciencia de culpabilidad, fracaso o insuficiencia es la cruz. La cruz declara: “Jesús, el puro, inmaculado, amado Hijo de Dios, murió en tu lugar. ¡Allí está tu castigo!  Él fue traspasado. Fue cortado. Él fue herido por nuestras transgresiones. Él fue pisoteado para que usted no tenga que ser pisoteado. Él murió joven, para que usted no tenga que morir joven!”
Nuestra conciencia se satisface cuando vemos hacia la cruz y vemos a Jesucristo colgando allí, suspendido entre el cielo y la tierra. Él que no conoció pecado, se hizo nuestro pecado, y Él llevó la plenitud de la santa y justa indignación de Dios en Su propia persona, en nuestro nombre.
Cuando vemos hacia la cruz y entendemos que: “Allí está mi castigo. Allí está mi muerte,” nuestra conciencia dice: “Paz. Ha sido pagado.” Nosotros no tenemos que herirnos a nosotros mismos. No tenemos que golpearnos a nosotros mismos. Jesús lo sufrió todo por nosotros para que podamos tener todas Sus bendiciones y reinar en la vida. Él sólo es el sacrificio que expía nuestros pecados. ¡Aleluya! 

Bendiciones,
Joseph Prince

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario