Medite En
Y el Señor dijo a Moisés: “Hazte una
serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que
sea mordido la mire, vivirá.”
Números 21:8
Las
personas me han preguntado cuál es el valor de ver a Jesús. Ellos dicen: “Pastor Prince, usted habla de ver
a Jesús todo el tiempo. ¿Qué valor hay en
hacer eso? Yo prefiero que usted me de los
principios para el éxito. Es más práctico.”
Bueno,
la maravilla de esto es que cuando los israelitas en el Antiguo Testamento fueron
mordidos por serpientes y estaban muriendo, aquellos que miraban al Señor fueron sanados (Números 21:8-9). En realidad, ellos veían a una serpiente de
bronce en un asta de madera, lo que tipifica a nuestro Señor Jesús en la cruz, cuando
se hizo maldición por nosotros en esa cruz (Gálatas 3:13). ¿No es sorprendente que estas personas fueron
sanadas con sólo ver? Ellos simplemente
miraron al Señor y vivieron!
Así
que oro en el nombre de Jesús por que usted tenga hambre de ver a Jesús. Que cada vez que escuche un sermón o lea la
Biblia, quiera ver a Jesús y contemplar Su gloria. Pida al Espíritu Santo que abra las Escrituras
para usted de tal forma que pueda encontrar a Jesús. Y mientras fija sus ojos en Él, usted será
transformado de gloria en gloria (2 Corintios 3:18). Usted encontrará paz para su alma, fuerza para
su cuerpo y claridad para su mente. Los
síntomas de la muerte darán paso a las manifestaciones de Su abundancia y vida resucitada!
Bendiciones,
Joseph Prince
Joseph Prince
Números 21:8-9 “8 Y
el Señor dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y
acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. 9 Y
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía que
cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce,
vivía.”
Gálatas 3:13 “Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito
está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO).”
2ª Corintios 3:18 “Pero nosotros todos, con el
rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos
siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor,
el Espíritu.”
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