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martes, 18 de diciembre de 2012

Vea A Jesús Y Viva!



Medite En

Y el Señor dijo a Moisés: “Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá.”
Números 21:8


Las personas me han preguntado cuál es el valor de ver a Jesús.  Ellos dicen: “Pastor Prince, usted habla de ver a Jesús todo el tiempo.  ¿Qué valor hay en hacer eso?  Yo prefiero que usted me de los principios para el éxito.  Es más práctico.”
Bueno, la maravilla de esto es que cuando los israelitas en el Antiguo Testamento fueron mordidos por serpientes y estaban muriendo, aquellos que miraban al Señor fueron sanados (Números 21:8-9).  En realidad, ellos veían a una serpiente de bronce en un asta de madera, lo que tipifica a nuestro Señor Jesús en la cruz, cuando se hizo maldición por nosotros en esa cruz (Gálatas 3:13).  ¿No es sorprendente que estas personas fueron sanadas con sólo ver?  Ellos simplemente miraron al Señor y vivieron!
Así que oro en el nombre de Jesús por que usted tenga hambre de ver a Jesús.  Que cada vez que escuche un sermón o lea la Biblia, quiera ver a Jesús y contemplar Su gloria.  Pida al Espíritu Santo que abra las Escrituras para usted de tal forma que pueda encontrar a Jesús.  Y mientras fija sus ojos en Él, usted será transformado de gloria en gloria (2 Corintios 3:18).  Usted encontrará paz para su alma, fuerza para su cuerpo y claridad para su mente.  Los síntomas de la muerte darán paso a las manifestaciones de Su abundancia y vida resucitada! 

Bendiciones,
Joseph Prince

 
Números 21:8-9  8 Y el Señor dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. 9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce, vivía.

Gálatas 3:13  Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO).”

2ª Corintios 3:18  Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.


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