Éxodo
12:3
... Cada
uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada
casa.
Los
judíos alrededor del mundo, celebran la fiesta de la Pascua. Esta fiesta, que ha sido guardada por
generaciones, conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en
Egipto (Éxodo 12:14). La noche antes de
que los israelitas dejaran Egipto, el destructor pasó sobre esa tierra matando
a todo primogénito tanto de hombre, como de animal. Solo aquellas casas marcadas con la sangre
del cordero de la Pascua, fueron pasadas por alto.
Dios
le había dicho a los israelitas: “Tomen un cordero, un cordero por cada casa.” Era un cordero por cada familia. Esto nos dice que el Señor Jesucristo, que es
nuestro verdadero Cordero de la Pascua, ¡es para que todas las familias sean
salvas!
Así
que, tus hijos son bendecidos cuando tú recibes a Jesús. Tu esposa o abuelos que no son salvos, son
bendecidos también, porque Jesús es ahora el Cordero para toda tu casa. Tus familiares que no son salvos, van a
disfrutar las bendiciones de los que sí son salvos. La Biblia dice que los que son santos, van a
santificar a los que no son santos (1ª Corintios 7:14). Si, ellos todavía van a necesitar recibir
personalmente a Jesús como su Salvador, ¡pero Dios los ha marcado para
salvación, porque tú eres salvo!
Ahora,
cada casa tomó un cordero sin mancha, como dijo Dios. ¿Por qué?
Porque el cordero tipifica a Jesús, el verdadero Cordero de Dios, que es
libre de pecado. Juan el Bautista, dijo
de Jesús: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan
1:29).
El
cordero fue muerto, y su sangre fue puesta en los dos postes y el dintel de la casa
(Éxodo 12:7), de tal manera que habla de la cruz. Hoy, el destructor tiene que pasar sobre cada
familia que cree en la obra terminada de Jesús en la cruz y pone su fe en Su
sangre, porque ya ha habido una muerte.
La sangre prueba esto –¡el Cordero inocente por la familia culpable!
Jesús
también celebró la Pascua la noche antes de ser crucificado. Pero El estaba instituyendo la Pascua
mayor. ¡Esta vez, no era liberación del
Faraón y de Egipto, sino de Satanás y de su reino de tinieblas! ¡No era liberación de la esclavitud en
Egipto, sino de una vida de esclavitud al pecado, a una vida de libertad como
hombres libres en Cristo!
Amado,
Jesús, el Cordero de Dios, se sacrificó a Sí Mismo para hacerte libre. ¡Y cuando el Hijo te hace libre, tú eres
verdaderamente libre!
Pensamiento Del Día
El destructor tiene que
pasar sobre cada familia que cree en la obra terminada de Jesús en la cruz y
pone su fe en Su sangre.
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