Airaos, pero no pequéis; no se ponga
el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Efesios
4:26-27
¿Cómo reaccionas normalmente cuando te encuentras
con alguien desagradable? Muchos tendemos
a enojarnos o airarnos, y si realmente perdemos la calma, terminamos diciendo o
haciendo cosas que más tarde lamentamos.
Mi amigo, la Biblia dice: “airaos, pero no pequéis.” No es un pecado sentir ira, pero no permitas que la ira te ocasione
pecar. Y no des lugar al diablo al permitir que la ira eche raíces en tu
corazón.
“¿Cómo hago esto Pastor Prince?”
¡Enfoca tu
atención en lo mucho que Dios te ama!
Una vez, yo estaba caminando hacia mi auto y vi a
un hombre que caminaba delante de mí con su esposa. Su auto estaba estacionado junto al mío. Cuando abrió la puerta de su auto, lo hizo
con tal fuerza que golpeó mi auto con un fuerte “¡prach!” Entonces, él me miró como si Yo le hubiera
hecho daño. Sin una palabra de disculpa,
se metió en su coche y cerró la puerta.
Su esposa rápidamente entró en el coche como un manso corderito.
Yo iba camino a la iglesia, lleno del Espíritu
Santo, listo para predicar sobre el amor de Dios. Pero ahora, ¡estaba enojado! Me senté en mi auto, mis fosas nasales
estaban dilatadas. Le dije: “Señor,
¡estoy enojado!” El Señor me dijo:
“¿Sabes que amo a ese hombre?” Le dije: “Sí
Señor, pero no quiero saber de eso ahora.”
Entonces el Señor me dijo que la razón por la que el hombre se comportaba
de esa manera era que él realmente no
sabía lo mucho que Él lo amaba. Así
que era malhumorado. El era
enojado. Vivía amargado.
“Ahora, tú lo experimentaste sólo una vez,” dijo el
Señor, “Imagina vivir con él como su esposa lo hace.” Entonces, me dijo: “Hijo, ¿sabes que te amo?
Tú eres bendecido porque en comparación con él,
tú sabes cuánto Te amo.” Conforme me enfoqué en el amor de Dios por
mí, mi ira se desvaneció.
Amado, en momentos de ira, el diablo quiere que tú
te enfoques en lo que la otra persona te ha hecho. Pero Dios
quiere que te enfoques en lo que Él ha hecho por ti en el Calvario. Este
día, aliméntate de Su amor
por ti, ¡y deja que Él convierta cada situación amarga en una situación dulce!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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