Y levantándose, reprendió al viento,
y dijo al mar: “Calla, enmudece.” Y cesó
el viento, y se hizo grande bonanza. Y
les dijo: “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
Marcos
4:39-40
Yo creo que una de las
razones por las que Jesús pudo calmar la tormenta en esta historia tan
conocida, fue que Él era el único en el
barco que tenía paz. Y lo que estaba dentro de Él se desbordó y
afectó la tormenta en el exterior.
Después de que Jesús hubo
calmado la tormenta a petición de Sus discípulos, Él les llamó la atención por
dejar que sus corazones se angustiaran.
Y en Su reprensión amorosa, Él nos muestra como siempre podemos tener paz en nuestros corazones. Le preguntó a Sus discípulos: “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo es
que no tenéis fe?” En otras
palabras: “¿Por qué toman tan poco de
Mí?”
Amado, Dios te ama mucho y ya te ha provisto de Su
salud, sanidad, provisión y protección por medio de la cruz de Jesús. Cuando
tú sabes y crees esto, el miedo va a huir y la paz va a reinar en tu corazón. ¡Y Su
paz en tu interior causará que cada tormenta en tu vida desaparezca!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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