Y descendió el Espíritu Santo sobre
Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: “Tú eres
Mi Hijo amado; en Ti tengo complacencia.”
Lucas
3:22
Inmediatamente después
de que Jesús fue bautizado, Él fue dirigido
por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo. El diablo vino a Jesús y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras
se conviertan en pan.” (Mateo 4:3)
Ahora, no olvidemos que Jesús recién había escuchado la voz de Su Padre afirmándolo con las
palabras “Tú eres Mi Hijo amado.” Hace algunos años, mientras estudiaba las
tentaciones de Jesús por el diablo, el Señor me preguntó: “¿Te diste cuenta que
el diablo omitió una palabra cuando se acercó a tentar a Mi Hijo?”
Nunca había escuchado a
alguien predicar esto antes, ni lo había leído en ningún libro, ¡pero Dios abrió mis ojos para ver que el
diablo había omitido la palabra “amado”! Dios recién le había dicho a Jesús: “Tú eres Mi Hijo amado.” Pero poco tiempo
después de eso, el diablo vino a Jesús diciendo: “Si Tú eres el Hijo de Dios…”
¡La palabra “amado” no
estaba! ¡La serpiente astutamente la
había eliminado!
Luego el Señor me mostró
que para que las tentaciones del Diablo funcionen, él no puede recordarte que tú eres el amado de Dios. ¡En el
momento en que tú recuerdas tu identidad como amado de Dios en Cristo, él no
será capaz de tener éxito! No es de
extrañar entonces que el diablo quiere robarle a los creyentes el sentirse ser los amados de Dios. Así que, no caigas en el truco del
diablo. Recuérdate a ti mismo hoy y cada
día de tu vida, ¡que tú eres el amado de
Dios!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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