… como Él
es, así somos nosotros en este mundo.
1 Juan
4:17
A
Dios le gusta resaltarte a Su Hijo, Jesús, porque, ¡como Jesús es en este
momento, así eres tú en este mundo! Al enemigo, por el contrario, le gusta
mantenerte centrado en ti mismo o en las personas.
Por ejemplo, a él le gusta resaltarte
tus fallas, así como las fallas de tu cónyuge.
Él te hace verte a ti mismo y preguntarte: “¿Por qué soy tan
impaciente?” Él te hace ver a tu cónyuge
y preguntarte: “¿Por qué es tan lenta(o) para cambiar en esta área?” El enemigo nunca va a recordarte que así como es Cristo, eres tú. Tu desafío entonces, consiste en apartar tu enfoque del “Yo”, mirar al
Hombre que está a la diestra del Padre y decir: “¡Así como Jesús está, estoy yo
en este mundo! ¡Y como Jesús es, así es
mi cónyuge!”
Es lo mismo cuando se trata de los
síntomas de una enfermedad que puedas estar padeciendo. Si se te ha dicho que tienes una enfermedad
de la espalda, el enemigo te enfocará en ti mismo y dirá: “¿Puedes sentir el
dolor? Está regresando, ¿no es
así?” Mi amigo, ese es el momento en el
que necesitas decir: “¡No, no, no! Mira a Jesús.
Su espalda está en perfectas condiciones. ¡Así como Su espalda está, así está mi
espalda en este mundo!”
“Pero, Pastor Prince, ¿qué bien puede
suceder con sólo mirar a Jesús?”
La Biblia dice que al contemplar la gloria del Señor, el
Espíritu Santo en ti va a trabajar, transformándote en la misma imagen de
gloria en gloria. (2 Corintios 3:18)
Mi amigo, tu verdadera identidad
–quien tú realmente eres y lo que tienes– se encuentra en Él. Así que, ¡sigue buscando a Jesús y Su vida se
manifestará en la tuya!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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