Inspiración De Gracia
Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis
labios. Salmos 141:3
¿Sabes qué es lo contrario a hablar
bien? Es maldecir. Cuando nuestro Señor maldijo la higuera, ¿qué
dijo Él? ¿Acaso Él dijo: “Yo te maldigo,
higuera”? No, Él simplemente dijo: “Nunca jamás coma nadie fruto de ti”.
(Marcos 11:14) Y al día siguiente,
cuando ellos pasaron de nuevo junto a la higuera, Pedro dijo: “Rabí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado”. (Marcos
11:21)
Jesús nunca usó la palabra maldecir cuando le habló a la higuera, pero Él tampoco corrigió a
Pedro porque él tenía razón —las palabras negativas habladas equivalían a una
maldición. ¡Oh, espero que lo hayas
entendido! Muchas veces las personas no
se dan cuenta de que, sin querer, se están maldiciendo a sí mismas y a las
personas que las rodean con el flujo constante de palabras negativas que hablan
de sí mismas y de los demás. Las
palabras de derrota, enojo, amargura y queja son tóxicas. Cambia tus palabras y cambia tu vida. ¡Elimina las palabras negativas de tu vida con
las palabras de la gracia, el amor y el poder de Dios!
Y ten en cuenta que cuando Jesús le habló a la higuera,
esta no se secó instantáneamente. Esto
se debió a que cuando nuestro Señor le habló a la higuera, esta primero se secó
en su raíz antes de que la muerte llegara a las hojas. Así que, no te desanimes cuando le hables a tu
dificultad y parezca que nada sucede. ¡Cree
que le estás hablando directamente a la raíz del problema y que la
manifestación externa de tu fe está en camino!
Recibí este maravilloso testimonio de la hermana Lorraine,
que reside en Darby, Inglaterra. Este nos
muestra el poder de orar o hablar, y cómo comienza el cambio desde el primer
día que tú hablas:
Mi hijo y su esposa han estado casados durante diez años y estaban tratando desesperadamente de tener un bebé, sin éxito. Hace seis años,
comenzaron a someterse a tratamientos de fertilización in vitro (FIV) y tuvieron
al menos siete tratamientos sin éxito.
En marzo pasado, mi hermana me dio una copia de su devocional y
la publicación del 19 de marzo trataba sobre clamar la sangre del Cordero de
Dios sobre todo lo que es nuestro y de nuestras familias. El versículo en el devocional era Éxodo 12:13 —“Y cuando Yo vea la sangre pasaré sobre
vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando Yo hiera
la tierra de Egipto.” Y usted compartió
que lo que las nueve plagas no pudieron hacer, lo hizo la sangre.
Yo me emocioné cuando leí esto. Así que oré por mi hijo y mi nuera, clamando la
sangre de Jesús sobre su situación, y estaba tan emocionada porque sabía que
algo había sucedido en el espíritu. Pocas
semanas después de haber orado, mi hijo me llamó para decirme que su esposa
estaba embarazada. Yo le dije que no me
sorprendía, ya que había orado por ambos recientemente. De manera que, lo que seis años de tratamiento
médico no pudieron hacer, ¡la sangre de Jesús lo hizo! Todos celebramos y estábamos muy emocionados.
Unos domingos más tarde, nuestro hijo llamó para decir que tenía
exactamente ocho semanas de embarazo. Y
fueron exactamente ocho semanas desde el día en que oré. ¡Aleluya!
Sea lo que sea por lo que estas creyendo en Dios, quiero
animarte a que abras tu boca para hablar Su Palabra. ¡Ora a tu Abba y proclama la sangre de nuestro
Señor Jesús sobre tu situación! La presencia
de sangre significa que ha habido una muerte. Esto significa que ya se ha realizado un pago.
Hoy nosotros podemos apoyarnos sobre el fundamento
inquebrantable de las promesas de Dios porque el Cordero de Dios fue
sacrificado en el Calvario y Su sangre está en los postes de nuestras vidas. Nosotros podemos declarar que ninguna plaga,
ninguna muerte, ningún castigo, ningún daño, ningún peligro, ningún mal puede
acercarse a nuestra morada porque el pago total por nuestros pecados ya fue
hecho por nuestro Señor Jesús. ¡Qué
maravillosa certeza y paz podemos tener hoy —todo gracias a la obra completa y
eficaz de Jesús!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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