Inspiración De Gracia
Por
consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús…
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley
del pecado y de la muerte. Romanos 8:1-2
Hoy, veamos la palabra griega para
arrepentimiento —metanoia. Meta
significa “cambio”, mientras que noia proviene
de la palabra nous, que significa
“mente”. Así que metanoia o arrepentimiento significa “un cambio de mentalidad”.
¿Por qué es importante cambiar de mentalidad? Simplemente porque creer correctamente siempre
conduce a vivir correctamente.
Cuando tú crees correctamente en la gracia de Dios, en tu
justicia en Cristo y en cómo estás llamado a vivir apartado para santidad,
¡todo cambia! Su amor te toca en lo más
profundo de tu corazón y comienzas a experimentar la transformación de adentro
hacia afuera.
Esa es la revolución de la gracia en acción. Tú comienzas a vivir por encima de la derrota
y a experimentar libertades duraderas porque el poder para luchar contra
cualquier tentación no proviene de afuera, sino de tu interior. Este no depende de tu fuerza de voluntad;
depende del poder del Espíritu Santo que vive poderosa y activamente en ti,
dando testimonio de las verdades del evangelio en las que crees.
Este precioso testimonio que recibí de Robert confirma
este punto de una manera conmovedora:
Soy un pastor en Carolina del Norte que estaba predicando sobre
vivir correctamente y trataba de vivir de manera correcta, y hacer cada vez más
para servir a Jesús. Pero también tuve
una lucha de quince años con la adicción a masticar tabaco. Yo incluso me paré en el púlpito un domingo y
confesé mi adicción. Levanté una lata de
tabaco y dije que yo, como David hizo con Goliat, le cortaría la cabeza y se la
daría de comer a los pájaros.
Lleno de remordimiento, le dije a la gente que había decidido
dejar la adicción y muchos vinieron al altar ese día para deshacerse de sus
adicciones también. Sin embargo, en una
semana yo volví a la mía y sentía una gran condenación. Luché y luché, renuncié y renuncié, una y otra
vez.
Eventualmente, un amigo me dio algunos de los materiales
didácticos del pastor Prince. Yo estaba
asombrado por lo que estaba escuchando y leyendo, porque nunca había escuchado
el evangelio predicado de esta manera. Sabía
que era verdad y esta comenzó a liberarme. Escuché al pastor Prince predicar un mensaje
en el que decía que la solución era dejar de intentar ganar por mi cuenta y
confesarle al Señor: “Señor, yo no puedo, pero Tú sí puedes”.
Este se convirtió en mi lema y yo dejé de intentar dejar el
tabaco. Ya no me sentía enterrado bajo
la culpa y la condenación. Creí y
confesé que a pesar de que estaba luchando con este hábito del tabaco, Dios
todavía me amaba completamente y que la obra terminada de Jesús servía para mí.
Ahora, yo puedo testificar que he estado libre del tabaco
durante más de un año. Cada vez que un
impulso surge, le digo al Señor que yo conozco Su gracia y que lo que Él tiene
para mí es mucho mejor que el tabaco y el impulso se va.
¡Alabado sea el Señor! Este
mensaje del favor inmerecido de Dios ha cambiado mi vida y ministerio. ¡Yo ahora estoy predicando y enseñando la
gracia cada vez que subo al púlpito! Gracias
sean a Dios y gracias, Pastor Prince.
Querido lector, no importa cuánto tiempo hayas luchado con
un mal hábito, quiero que sepas que nunca es demasiado tarde para invitar a nuestro
Señor Jesús y Su gracia a tu situación. Nunca
es demasiado tarde para volver a Su gracia, el único poder que puede darte una
transformación permanente desde tu interior.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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