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martes, 4 de enero de 2022

La Fe Se Libera Al Hablar

 Inspiración De Gracia


Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. Porque Moisés escribe que, “el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella.” Pero la justicia que es de la fe, dice así… “Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón,” es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.    Romanos 10:4-6, 8-10

Tomemos un momento para examinar la escritura de hoy y lo que dice el apóstol Pablo sobre el poder que tiene en el nuevo pacto de la gracia, lo que nosotros hablamos.  En este pasaje, podemos ver las diferencias que él hábilmente nos expone entre el antiguo y el nuevo pacto.

Cristo marca el fin de la ley y el inicio del nuevo pacto.  Es el regalo de la justicia contra la justicia por obras.  Fe contra obras.  Creer contra trabajar.  Hab
lar contra hacer.

Es vital que tú reconozcas las diferencias entre los dos pactos.  Verás, el nuevo pacto es acerca de creer lo correcto, mientras que el antiguo pacto es acerca de hacer lo correcto.  El nuevo pacto trata sobre el poder de hablar bien, mientras que el antiguo pacto trata sobre el poder de trabajar bien.

Yo creo en el poder de creer correctamente.  Cuando una persona cree bien, ella vivirá bien.  Cuando una persona cree que es justificada por la sangre de Jesucristo, ella será transformada interiormente para vivir bien, y el espíritu de piedad será evidente en su vida.

Esta persona no solo estará cumpliendo externamente la letra de la ley por temor al castigo, con un corazón que no está bien.  La revolución de la gracia se trata de una transformación de adentro hacia afuera.  Se trata de un corazón emancipado por la gracia.

Una persona transformada por la gracia no solo guarda la ley de Dios externamente, sino que Su corazón también está lleno de Jesús.  Esta persona desborda de generosidad, es una persona apasionada por su cónyuge y es celosa de las buenas obras y la gloria de Su Salvador, Jesucristo.  ¿Ves la diferencia?  Es como el día y la noche.

Tus palabras están llenas de poder.  La Biblia dice que la palabra de fe está cerca de ti, “en tu boca y en tu corazón.” (Rom. 10:8)  Observa que primero está en tu boca y luego cae en tu corazón.

Cuando tú pronuncias palabras de fe, lo que tú dices finalmente cae en tu corazón, y lo que tienes en tu corazón es lo que te dirige.  Por eso, cuando estés enfermo, habla bienestar para ti mismo y declara: “Señor Jesús, te doy gracias porque por Tus llagas yo he sido curado.”

Es importante que bajo el nuevo pacto tú no estés trabajando por tu propia justicia a fin de ser sanado y bendecido.  Moisés dice esto de la justicia que es por la ley: “El hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella.” (Rom. 10:5)  El enfoque está en practicar o hacer.

¿Qué pasa con la justicia que es del nuevo pacto?  Según Romanos 10:6, “la justicia que es de la fe dice así…”  El enfoque está en hablar.  ¡Por tanto, habla!  ¡Abre tu boca y habla!  La fe (creer) se libera al hablar.

Tú y yo fuimos hechos a imagen de Dios, quien, cuando las cosas estaban muy oscuras al principio de la creación, no dijo: “¡Vaya, está tan terriblemente oscuro aquí!”  Él no habló acerca de la oscuridad.  Él no habló sobre lo que estaba viendo.

No, Dios habló lo que Él quería ver.  Él Dijo: “Sea la luz. Y hubo luz.” (Génesis 1:3-4)  Dios vio la luz después de haber hablado.  Cuando Abram todavía no tenía hijos, Dios le cambió el nombre a Abraham, que significa “padre de multitud de naciones.” (Génesis 17: 5)  Cuando el hombre de la mano seca se encontró con nuestro Señor Jesús, Jesús habló la palabra diciéndole al hombre que extendiera su mano, y el hombre quedó completamente sano. (Mat. 12: 10-13)

Con los ojos físicos, el hombre veía a Abram como alguien estéril y al hombre de la mano seca como un inválido.  ¡Pero nuestro Señor vio y habló de manera diferente!  Nosotros servimos a un Dios “que da vida a los muertos y llama a las cosas que no existen, como si existieran.” (Rom. 4:17)

Me encanta la traducción de la versión de La Palabra (Hispanoamérica), que dice que nuestro Dios es un Dios que “infunde vida a los muertos y llama a existencia a lo que no existe.”  ¡Él resucita a los muertos y trae a existencia las cosas que no existen con las palabras que habla!

Tú estás hecho a Su imagen.  ¡De manera que sucederá lo mismo cuando tú veas y hables lo que tú crees y quieres ver!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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