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viernes, 21 de enero de 2022

Ninguna Condenación

Inspiración De Gracia


“Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado.”  Juan 3:17-18

Amigo, si has estado viviendo en el abismo del temor desde que puedes recordar, es el momento de tu libertad.  Tú puedes comenzar este viaje de libertad hoy, creyendo que el corazón de Dios está lleno de amor, gracia y misericordia para ti.

Escucha el latido del corazón de tu Padre en las escrituras de hoy.  ¿Crees en Jesús?  ¡No hay condenación para ninguno que invoque el nombre de Jesús!  Todos los que le invocan y creen en Él no son condenados sino salvados.  Esas son las buenas noticias del evangelio.

Desafortunadamente, muchos creyentes todavía viven bajo el pesado yugo de la condenación y el temor porque escuchan la proclamación del pacto mosaico y se someten a los Diez Mandamientos.

Mira cómo el apóstol Pablo describe los Diez Mandamientos en 2 Corintios 3:7–9: “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria… ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu?  Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.”

¿Puedes ver la clara distinción que Dios hace en Su Palabra?  Los Diez Mandamientos ministran muerte y condenación porque ningún hombre fue capaz guardar la perfecta ley de Dios.

El incumplimiento de la ley en cualquier punto te pone bajo su maldición, te condena y cuelga una sentencia de muerte sobre tu cabeza.  Mira cómo, en contraste, el pacto de la gracia “abunda mucho más en gloria” porque éste ministra el espíritu de libertad y el regalo de la justicia de Dios.

Ahora, por favor comprende esto: ¡los Diez Mandamientos son gloriosos!  El problema nunca han sido los Diez Mandamientos o la perfecta ley de Dios.  El problema siempre ha sido la imperfección de la capacidad del hombre para guardar la perfecta ley de Dios.  Es por eso que nuestro Señor Jesús no vino a abolir la ley, sino a cumplirla por nosotros. (Mat. 5:17)

Y la ley se cumplió perfectamente en la cruz cuando Él gritó: “¡Consumado es!” (Juan 19:30)  ¡Él cumplió con las exigencias del primer pacto, que es el pacto mosaico de los Diez Mandamientos, para poner en vigor el segundo, que es el nuevo pacto de la gracia de Dios! (Hebreos 10:9-10, NTV)

Amado, estamos en la era de la gracia de Dios.  ¡Es por eso que nosotros predicamos el evangelio de la gracia!  ¡Amigo, la cruz de Jesús hizo toda la diferencia!  Tú ya no tienes que vivir en condenación y temor bajo el antiguo pacto de la ley.  Ahora estás bajo el nuevo pacto de la gracia, donde tú eres completamente perdonado, justificado y hecho justo por la sangre de Jesús para que reines en la vida.

Cuando te das cuenta de que en el nuevo pacto de la gracia de Dios tú eres justificado por la fe y no por tus obras, algo liberador sucede.  Te liberas del ministerio de la condenación y de la muerte que ministra —culpa, inseguridad, pavor, ansiedades y todo tipo de temores que debilitan.

La condenación te roba la paz en tu corazón y el gozo en tu relación con tu Padre.  Te roba la fe y la confianza en Su amor y Su poder para salvarte.

Pero cuando sabes y crees que no estás bajo el ministerio de la condenación sino bajo el ministerio de la justificación, tú puedes venir libremente ante tu Padre celestial y entregarle toda la preocupación de tu corazón a Él.  Ya no estarás constantemente temeroso de que tus faltas hagan que Él te castigue o retenga Sus bendiciones y Su protección para ti, porque tú sabes que Jesús llevó el castigo destinado para ti sobre Sí Mismo en la cruz.

Amigo, quizás tú sepas lo que es luchar contra el temor todos los días.  Tal vez has estado plagado por el temor de no poder hacer frente a ciertos cambios en tus circunstancias.  Tal vez los pensamientos de temor a perder tu salud, tu trabajo, tus hijos o tu propia vida, te mantienen despierto por la noche.  Tal vez sufres ataques de ansiedad severa y la sola idea de ir a cualquier lugar fuera de tu hogar te llene de un temor asfixiante.

Quiero que sepas que esta no es la vida que Dios quiere que tú vivas.  A través del sacrificio de Su Hijo y la perfección de la obra terminada de Cristo, Él ha abierto un camino para que tú vivas libre de la cautividad del temor.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince 

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