Inspiración De Gracia
“Porque
Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado.” Juan 3:17-18
Amigo, si has estado viviendo en el
abismo del temor desde que puedes recordar, es el momento de tu libertad. Tú puedes comenzar este viaje de libertad hoy,
creyendo que el corazón de Dios está lleno de amor, gracia y misericordia para
ti.
Escucha el latido del corazón de tu Padre en las escrituras
de hoy. ¿Crees en Jesús? ¡No hay condenación para ninguno que invoque el
nombre de Jesús! Todos los que le
invocan y creen en Él no son condenados sino salvados. Esas son las buenas noticias del evangelio.
Desafortunadamente, muchos creyentes todavía viven bajo el
pesado yugo de la condenación y el temor porque escuchan la proclamación del
pacto mosaico y se someten a los Diez Mandamientos.
Mira cómo el apóstol Pablo describe los Diez Mandamientos
en 2 Corintios 3:7–9: “Y si el ministerio
de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria… ¿cómo no será aún con
más gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de condenación tiene
gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.”
¿Puedes ver la clara distinción que Dios hace en Su
Palabra? Los Diez Mandamientos ministran
muerte y condenación porque ningún hombre fue capaz guardar la perfecta ley de
Dios.
El incumplimiento de la ley en cualquier punto te pone
bajo su maldición, te condena y cuelga una sentencia de muerte sobre tu cabeza.
Mira cómo, en contraste, el pacto de la gracia
“abunda mucho más en gloria” porque éste
ministra el espíritu de libertad y el regalo de la justicia de Dios.
Ahora, por favor comprende esto: ¡los Diez Mandamientos
son gloriosos! El problema nunca han
sido los Diez Mandamientos o la perfecta ley de Dios. El problema siempre ha sido la imperfección de
la capacidad del hombre para guardar la perfecta ley de Dios. Es por eso que nuestro Señor Jesús no vino a
abolir la ley, sino a cumplirla por nosotros. (Mat. 5:17)
Y la ley se cumplió perfectamente en la cruz cuando Él
gritó: “¡Consumado es!” (Juan 19:30) ¡Él cumplió con las exigencias del primer
pacto, que es el pacto mosaico de los Diez Mandamientos, para poner en vigor el
segundo, que es el nuevo pacto de la gracia de Dios! (Hebreos 10:9-10, NTV)
Amado, estamos en la era de la gracia de Dios. ¡Es por eso que nosotros predicamos el
evangelio de la gracia! ¡Amigo, la cruz
de Jesús hizo toda la diferencia! Tú ya
no tienes que vivir en condenación y temor bajo el antiguo pacto de la ley. Ahora estás bajo el nuevo pacto de la gracia,
donde tú eres completamente perdonado, justificado y hecho justo por la sangre
de Jesús para que reines en la vida.
Cuando te das cuenta de que en el nuevo pacto de la gracia
de Dios tú eres justificado por la fe y no por tus obras, algo liberador sucede.
Te liberas del ministerio de la
condenación y de la muerte que ministra —culpa, inseguridad, pavor, ansiedades
y todo tipo de temores que debilitan.
La condenación te roba la paz en tu corazón y el gozo en
tu relación con tu Padre. Te roba la fe
y la confianza en Su amor y Su poder para salvarte.
Pero cuando sabes y crees que no estás bajo el ministerio
de la condenación sino bajo el ministerio de la justificación, tú puedes venir
libremente ante tu Padre celestial y entregarle toda la preocupación de tu
corazón a Él. Ya no estarás
constantemente temeroso de que tus faltas hagan que Él te castigue o retenga
Sus bendiciones y Su protección para ti, porque tú sabes que Jesús llevó el
castigo destinado para ti sobre Sí Mismo en la cruz.
Amigo, quizás tú sepas lo que es luchar contra el temor
todos los días. Tal vez has estado
plagado por el temor de no poder hacer frente a ciertos cambios en tus
circunstancias. Tal vez los pensamientos
de temor a perder tu salud, tu trabajo, tus hijos o tu propia vida, te
mantienen despierto por la noche. Tal
vez sufres ataques de ansiedad severa y la sola idea de ir a cualquier lugar
fuera de tu hogar te llene de un temor asfixiante.
Quiero que sepas que esta no es la vida que Dios quiere
que tú vivas. A través del sacrificio de
Su Hijo y la perfección de la obra terminada de Cristo, Él ha abierto un camino
para que tú vivas libre de la cautividad del temor.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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