recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

sábado, 22 de enero de 2022

Creer Correctamente Siempre Lleva A Vivir Correctamente

 Inspiración De Gracia


“El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.”  Mateo 12:35

La mayoría de nosotros pensamos que si tan solo pudiéramos cambiar nuestras circunstancias, podríamos tener la vida que deseamos.  Sin embargo, la escritura de hoy nos muestra que eso no es lo que Jesús dijo.  ¿Ves en Sus palabras que tu vida hoy es un reflejo de lo que ha estado escondido y guardado en tu corazón todo este tiempo?

Si no quieres que tu vida siga siendo la misma, la solución no está en cambiar tus circunstancias.  Está en cambiar tu corazón, cambiando lo que crees.

Amigo, por cada área de debilidad, fracaso o derrota que puedas estar experimentando en este momento, te aseguro que hay alguna creencia equivocada en esa área.  Escudriña las Escrituras en busca de la verdad.  Tu respuesta está en creer lo que es correcto.

Ahora, apréndete esto de memoria: ¡creer correctamente siempre lleva a vivir correctamente!

Dilo en voz alta porque esta es una poderosa revelación que no te puedes perder.

Permíteme compartir contigo un poderoso testimonio de un querido hermano de mi iglesia que luchaba contra el hábito de fumar.  Él había estado fumando durante muchos años y consumía al menos un paquete de cigarrillos al día.  Además de sentirse mal cada vez que fumaba, él se sentía condenado y escuchaba constantemente la voz del acusador bombardeándolo con acusaciones:

¿Cómo puedes llamarte a ti mismo un cristiano?  Mírate —¡todavía eres un fumador!  ¡Ríndete, hipócrita!  Tú no eres digno de ser un cristiano.

Cuanto más escuchaba las acusaciones, más fumaba.  Aunque él trató de reunir toda su fuerza de voluntad para superar este hábito destructivo, él simplemente no pudo hacerlo.  Él sabía que su cuerpo era el templo de Dios y deseaba sinceramente glorificar al Señor, pero no tenía el poder para hacerlo.

Luego, él me escuchó predicar sobre cómo el Espíritu Santo está presente en él para convencerlo de justicia y cómo cuanto más él creyera que era justo debido a Jesucristo, más se alinearía su comportamiento con lo que creía.  Así que comenzó a confesar esto diariamente: “Yo soy la justicia de Dios por medio de Jesucristo”, incluso cuando sucumbía a la tentación y encendía un cigarrillo.  Todos los días, él se despertaba, se miraba en el espejo y decía: “Yo veo a un hombre justo parado frente a mí”.

Este hermano realmente creía que él era justo, no por lo que hacía, sino por lo que Jesús había hecho.  Y cuanto más creía que él era la justicia de Dios en Cristo, más se desvanecía su adicción a la nicotina.

Él comenzó a tener una fuerza sobrenatural para reducir su consumo diario de tabaco en un corto período de tiempo.  Comenzó a reemplazar la voz del acusador que lo llamaba hipócrita, con la voz del Espíritu Santo que le declaraba: “Tú eres justo a los ojos de Dios.  Hoy, Dios te ve tan justo como a Jesucristo”.

La voz del Espíritu Santo se hizo más y más fuerte hasta que él finalmente escuchó solo Su voz, y un día, se despertó y se dio cuenta de que el deseo de fumar ya no estaba allí.  ¡Aleluya!

¿Puedes verlo?  La liberación de los hábitos destructivos viene simplemente por creer en la voz del Espíritu Santo y verse a sí mismo como la justicia de Dios en Cristo, todos los días.

El simple hecho de ser fiel en creer y confesar: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”, hará que un poder sea liberado en tu vida para vencer las ataduras a los cigarrillos, la pornografía, el alcohol, las drogas o los juegos de azar.  Hoy es el día en que el Señor te liberará de toda mentira, culpa y condenación con la que el acusador te ha estado bombardeando.

Por favor has esta oración conmigo ahora mismo.  Amigo, silenciemos la voz del acusador y permitamos que Jesús nos haga libres para reinar:

Señor Jesús, te doy gracias por la cruz.  Te doy gracias porque que cuando moriste por mí, Tu sangre me limpió de todas mis injusticias y los pecados de toda mi vida.  Tú eres mi Señor y Salvador.  Yo te entrego todas mis adicciones  (y/o ataduras) hoy.  Estoy harto y cansado de ser derrotado y condenado por el acusador.   Hoy, confieso que debido a Tu sangre, yo soy en este mismo momento la justicia de Dios.  Por la fuerza sobrenatural y el poder del Espíritu Santo que está presente para convencerme de mi justicia, yo recordaré cada día que yo soy la justicia de Dios a través de Ti.  ¡Amén!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario