Bendice, alma mía, al Señor, y
no olvides ninguno de sus beneficios. El es el que perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu
vida, el que te corona de bondad y compasión; el que colma de bienes tus
años, para que tu juventud se renueve como el águila.
Salmos
103:2-5
¡Dios quiere que tú
recuerdes todos los beneficios que Jesús ha comprado para ti con Su sangre! Es el deseo
de Su corazón verte disfrutando cada
uno de Sus beneficios, cada una de Sus bendiciones, y cada uno de Sus favores, en el nuevo pacto de Su gracia. El perdón
de pecados es tuyo. La salud es tuya. La protección
divina es tuya. El favor es tuyo. ¡Las cosas
buenas y la renovación de la
juventud son tuyos! Todos estos son preciosos regalos del Señor para ti, y
a Él le causa un gozo indescriptible verte
disfrutando estos regalos, y triunfando en la vida.
Lo que necesitamos hoy
no son más leyes para gobernar a los creyentes.
¡Lo que necesitamos es una mayor
revelación y apreciación de Jesús y todo lo que Él ha hecho por nosotros! En Oseas 4:6, Dios se lamenta “Mi pueblo es destruido por falta de
conocimiento…” No seamos contados
entre estas personas. Más bien, seamos
personas que están llenas del
conocimiento de Jesús, de Su
persona, Su amor, y Su obra terminada.
Amado, no permitas que
tu ignorancia te robe ninguno más de Sus
beneficios. Descubre hoy todo sobre tus derechos y beneficios del pacto en
Cristo. Recuérdalos y medita en
ellos todos los días, ¡y mira Su bondad hacia ti!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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