Inspiración De Gracia
La forma en que vemos a Dios es
importante porque una percepción defectuosa de Dios puede resultar en una vida
de temor y esclavitud. Demasiadas
personas tienen una impresión equivocada de Dios porque durante generaciones la
gente lo ha descrito como duro, enojado, insensible y condenatorio, solo esperando
que el hombre tropiece.
Estas representaciones de Dios hacen que muchas personas
sinceras tengan un temor malsano de Dios. Y cuando ellos creen que Dios está en contra
de ellos y anda buscando castigarlos, les resulta imposible salir de sus
pecados, adicciones, ansiedades y temores.
Amigo, si se te ha mostrado a un Dios de juicio e ira durante
toda tu vida, permite que las Escrituras te revelen Su verdadera naturaleza:
· “Pero tú, oh Señor, eres Dios de compasión y misericordia, lento para enojarte y lleno de amor inagotable y fidelidad”. (Sal. 86:15, NTV)
· “El Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador”. (Dan. 9:9, NTV)
· “Recuerda, oh Señor, tu compasión y tu amor inagotable, que has mostrado desde hace siglos”. (Sal. 25:6, NTV)
¡Este es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es amor! Él es lento para enojarse, misericordioso y
paciente. Él está lleno de perdón, amor
inagotable y compasión. ¡Gracias a Dios
nosotros podemos ir a la Santa Palabra en busca de la verdad!
Si tú deseas comprender mejor la verdadera naturaleza de
Dios, simplemente mira a Jesús. Él dijo:
“El que Me ha visto a Mí, ha visto al
Padre... Las palabras que Yo os digo, no las hablo por Mi propia cuenta, sino
que el Padre que mora en Mí es el que hace las obras”. (Juan 14: 9-10).
¿Alguna vez viste a Jesús provocado y enojado con los
pecadores, las prostitutas o los recaudadores de impuestos? ¿Acaso reprendió Él a la mujer del pozo que
tenía cinco maridos, o a la mujer que fue sorprendida en adulterio?
Ahora, Él a veces estaba enojado con los escribas y
fariseos moralistas, duros de corazón y que se resistían a la gracia, pero Él siempre
fue bondadoso y amoroso con los pecadores y marginados de la sociedad. ¡Esa es la naturaleza de tu Padre celestial!
Jesús demostró tanta misericordia que Sus enemigos lo
etiquetaron sarcásticamente como “amigo
de pecadores” para echar por tierra su integridad. (Mat. 11:19) Pero lo que pretendía ser una etiqueta
despectiva es realmente una hermosa imagen de Su gracia.
La gracia no evita al pecador; la gracia persigue al pecador. La gracia no hace acusaciones contra los que
fallan; la gracia los abraza hasta la plenitud y les produce una verdadera
transformación interior. La gracia no
condena a los que luchan contra el pecado; la gracia produce santidad en ellos.
Los pecadores hallaron esperanza, gozo y libertad en
Jesús. Él les mostró Su gracia y Su
gracia los transformó de vivir una vida de pecado a vivir una vida de santidad.
Él nunca toleró sus pecados. Mil veces no. ¡Cómo podría Él, cuando Él estaba dando Su
vida para salvarlos de sus pecados!
Vemos un ejemplo del amor de nuestro Señor por los
pecadores cuando Él se hizo amigo del corrupto recaudador de impuestos, Zaqueo.
Él se invitó a Sí Mismo a la casa de
Zaqueo, le dio amor y le mostró gracia. Antes
de que terminara la noche, Zaqueo se paró en presencia de todos sus invitados a
la cena y le dijo a Jesús: “He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a
alguno, se lo restituiré cuadruplicado”. (Lucas 19:8)
¡Ese es el poder de la gracia! La gracia cambia la vida de las personas de
adentro hacia afuera. Jesús no le dio a
Zaqueo mandamientos, ni condenación, ni leyes... solo gracia, gracia y más
gracia. Y el corazón de Zaqueo se
transformó para siempre. La gracia
produce verdadera santidad.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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