Inspiración De Gracia
El
Señor es mi pastor, nada me faltará. Salmos
23:1
Una bien conocida imagen de Dios como
nuestro Pastor y sanador es articulada en el hermoso Salmo 23. Este fue escrito por David, un pastor que vio
al Señor como su Pastor. Toma un momento
y lee este salmo en tu Biblia.
Cuando tú veas al Señor como tu Pastor, nada te faltará, y
eso incluye que no te hará falta salud. Cualesquiera que sean las necesidades que tú tengas,
nada te faltará porque tu Buen Pastor las suple.
No es necesario que te hagas cargo de ti mismo tratando de
encargarte de todo y vivir como si no tuvieras a Dios. Cualquiera que sea la condición médica que
estás enfrentando, mantente cerca del Pastor y permite que Él provea para ti.
¿Y notaste lo primero que el Pastor hace? El salmista escribió: “En lugares de verdes pastos me hace descansar.” (Sal. 23:2)
Cuando tú le permites a Él ser tu Buen Pastor, Él te
llevará a lugares de verdes pastos y te hará descansar. Tú puedes descansar, porque Él proveerá para
ti. Él te llevará junto a aguas de
reposo, donde tú podrás beber y refrescarte. La palabra hebrea para “reposo” es manuka, que significa “descanso.” Él te quiere en el lugar donde puedes descansar
en la victoria que Él ya ganó en la cruz.
No es una coincidencia que muchos de los milagros de
sanidad de Jesús tuvieran lugar en el día de reposo. Él sanó a un hombre que tenía una mano seca (Mateo
12:10-13), a una mujer encorvada durante dieciocho años (Lucas 13:10-13), a un
hombre hidrópico (Lucas 14:2-4) y a otro hombre que tenía una enfermedad desde
hacía treinta y ocho años, en el estanque de Betesda (Juan 5:2-9), todo en el día
de reposo.
Dios le dijo a Su pueblo que guardaran el día de reposo
como un día de descanso. (Éxodo 20:8-11) Cuando nosotros descansamos, Dios trabaja;
cuando nosotros trabajamos, Dios descansa. No sé ustedes, ¡pero yo no puedo permitirme no
tener a Dios trabajando en cada área de mi vida!
Quizás tú o tus seres queridos hayan estado lidiando con
una enfermedad crónica. Permíteme
explicarte que “descansar” no significa que no hagas lo que tus médicos te han
recomendado o que no realices los ejercicios de fisioterapia que te
prescribieron, y que simplemente te sientes en tu casa en negación. El descanso no es inactividad; es una actividad dirigida por el Espíritu en la
que tú le permites al Espíritu Santo que te guíe en lo que debes hacer, y lo
haces sin preocuparte porque sabes que Él tiene el control.
¿Quieres saber el resultado de permitir que el Señor nos
dé descanso?
Déjame mostrarte lo que dijo el rey Salomón:
Mas ahora el Señor mi Dios me ha dado reposo por todas
partes; no hay adversario ni mal encuentro.
—1 Reyes 5:4
¿No te encanta eso? Oro para que tú experimentes eso en el nombre
de Jesús —llegar a un lugar en donde no hay adversario ni un mal encuentro en
tu vida. ¡Amén!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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