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martes, 10 de febrero de 2015

Alégrate, Oh Estéril

Gálatas 4:27
“… Regocíjate, Oh estéril, la que no concibes; prorrumpe y clama, tú que no tienes dolores de parto...”
Estéril.  Que dolorosa y frustrante condición.  Sin embargo, en Isaías 54, la Palabra de Dios para aquellos que están experimentando esterilidad es que se alegren —¡“Regocíjate, Oh estéril”!
¿Por qué?  Porque en el capítulo anterior, se nos dice que el castigo de nuestra paz cayó sobre Jesús (Isaías 53:5).  La palabra “paz” aquí en Hebreos, significa plenitud, firmeza, salud, seguridad y provisión.  En otras palabras, todos esos beneficios son tuyos hoy debido a que Jesús ya fue castigado en la cruz por tu paz.  Es por eso que tú puedes empezar a alegrarte.
Así que, Dios quiere que en este momento, en cualquier área que seas estéril, empieces a alegrarte como si el fruto o el producto que quieres ver, ya hubiera llegado.  Él quiere que comiences a pensar, a hablar y a actuar como si la esterilidad ya no existiera.
Si tú estás financieramente estéril, comienza a planificar lo que vas a hacer cuando tus finanzas incrementen.  No estoy diciendo que salgas y gastes imprudentemente, sino que comiences a hacer planes para ese crecimiento.  El tiempo para hacer esto es cuando todavía estás en lo que tus ojos naturales ven como un estado de esterilidad.
Puede que digas: “Pastor Prince, no lo comprendes, ¡los bancos me están persiguiendo!”
Dios te dice: “Alégrate porque en Cristo, tú has sido provisto en todo.”  En Cristo, tú has sido bendecido con toda bendición espiritual, incluyendo provisión financiera (Efesios 1:3).  “Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de Su pobreza llegarais a ser ricos" (2a Corintios 8:9).
Si estás enfermo, comienza a planificar hacer lo que no has sido capaz de hacer.  No te alegres solo cuando la sanidad se manifieste y el dolor ya no esté.  Alégrate ahora en tu sanidad, porque Jesús ya llevó tus enfermedades y cargó tus dolores, y por Sus llagas tú has sido sanado (Isaías 53:4-5).
En cualquier situación de esterilidad en la que te encuentres, alégrate y dile a Dios: “Padre, debido al sacrificio de Tu Hijo, yo soy bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo Jesús.  Tú ya me has dado todo.  ¡Así que, voy a actuar como que esto es así y voy a alegrarme!”
Pensamiento Del Día

Comienza a pensar, a hablar y a actuar como si tu esterilidad no existiera más.


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