Mateo
8:3
“Y
extendiendo Jesús la mano, lo
tocó, diciendo: Quiero; sé limpio…”
¿Sabías
que es la voluntad de Dios para ti que seas sano? De hecho, Jesús siempre sanó a los enfermos
que se acercaron a Él. El ciego, el
cojo, el manco, el mudo, el sordo y el poseído por demonios —¡Él los sanó a
todos! (Mateo 8:16).
La
Biblia nos dice que aquel que ha visto a Jesús, ha visto al Padre (Juan
14:9). ¿Quieres
ver cómo es Dios? ¡Mira a Jesús! Él nunca le dio enfermedad a nadie. Nunca vamos a encontrar que Jesús viendo a
una persona en buena condición, le dijera: “Ven acá. Estás muy
saludable. Recibe un poco de lepra.”
De hecho, cuando un leproso vino a Él
por sanidad, Jesús, lleno de compasión le dijo: “Quiero; sé limpio!”
Desafortunadamente,
hay algunos cristianos que dicen: “Es la voluntad de Dios para mí que esté
enfermo. Dios tiene algún propósito, un
propósito misterioso para mi situación.
Todo es parte de Su plan divino y poco a poco sabremos el por qué.” Pero estas mismas
personas van al doctor para mejorar. Toman sus medicamentos y
descansan. ¿Por qué hacen eso si ellos
realmente creen que Dios los quiere enfermos?
¿No tiene sentido, verdad?
Vamos,
lo que si tiene sentido, perfectamente, es esto: Dios te quiere saludable. Él te quiere completo, pleno. ¡Su voluntad para ti es que seas sano! De hecho, ¡Él lo desea tanto, que llevó todas
tus enfermedades y tus dolores sobre Su propio cuerpo, para que tú no tengas
que llevarlos hoy! Él permitió que se le
golpeara y se le azotara, ¡para que por Sus llagas —por Sus heridas— tú seas
sano! (Isaías 53:5). Ya que Él ha llevado la enfermedad en tu
nombre, ¿por qué deberías llevarla tú hoy?
Así que, mi amigo, si estás enfermo, debes saber
que Dios no te dio la enfermedad. Lee
cada milagro de sanidad que Jesús hizo en los Evangelios, y mira cómo Jesús es
el Señor tu sanador (Éxodo 15:26).
Escucha Sus palabras llenas de gracia: “¡Quiero; se sano!”, y conoce que
son para ti hoy, tanto como fueron para el leproso.
Pensamiento Del Día
¡Jesús llevó todas tus
enfermedades y tus dolores sobre Su propio cuerpo, para que tú no tengas que
llevarlos hoy!
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