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lunes, 23 de febrero de 2015

Tu “Trabajo” Es Entrar En Su Descanso

Hebreos 4:10-11
… El que ha entrado a Su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las Suyas.  Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo…
Un bebé aprende a sentarse, antes de empezar a ponerse de pie y caminar.  La vida cristiana también comienza con sentarse.  Dios “con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús” (Efesios 2:6).  Lo bien que caminemos después de eso, depende de lo bien que nos sentemos y descansemos en la obra terminada de Cristo.
La tierra prometida era una tierra de descanso en la que Dios prometió a Su pueblo “grandes y espléndidas ciudades que tú no edificaste, y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste” (Deuteronomio 6:10-11).
Pero durante 40 años, el pueblo de Dios anduvo en el desierto, porque ellos se rehusaron a creer que Dios les había dado una tierra en dónde todo había sido preparado —la obra estaba terminada.  Ellos no pudieron creer que Dios les había dado una tierra llena de cosas buenas para que las disfrutaran, una tierra en la que fluía Su provisión abundante.
Hoy, hay creyentes que todavía no pueden creer que la obra de Jesús está completa y verdaderamente terminada.  Ellos están tratando de completar una obra completa, terminar una obra terminada y vencer a un diablo vencido.
Hoy hay creyentes que están siempre trabajando, tratando de producir su sanidad, su éxito y su victoria.  Dios quiere que dejemos de intentarlo y que comencemos a confiar en Su amor por nosotros.  Él quiere que dejemos de trabajar y luchar, y comencemos a descansar y creer en Su gracia para nosotros.
El único “trabajo” que ha dejado para que nosotros hagamos hoy es entrar en Su descanso.  Nosotros debemos trabajar cada día por entrar en Su descanso.  Debemos descansar en nuestro interior, creyendo que la obra está hecha porque es una obra terminada, y confiar en el favor inmerecido de Dios para nosotros.  Debemos descansar en Jesús, nuestra verdadera arca, que nos llevará a través de las aguas tempestuosas.
Así que hoy, “si oyes Su voz, no endurezcas tu corazón… esfuérzate por entrar en ese reposo” (Hebreos 4:7-11).  Entremos en Su reposo.  Disfrutemos sentarnos con Cristo en los lugares celestiales, ¡así correremos y no nos cansaremos! (Isaías 40:31).
Pensamiento Del Día

Lo bien que caminemos depende de lo bien que nos sentemos y descansemos en la obra terminada de Cristo.


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