Pero nosotros todos, con el rostro
descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo
transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el
Espíritu.
2a
Corintios 3:18
El mayor milagro que Pedro
experimentó sucedió una noche cuando en medio de una tormenta él salió de su
barca por la palabra de Jesús. Esa noche, los vientos eran tempestuosos
y las olas salvajes. Pero mientras
Pedro mantuvo sus ojos en Jesús, él logró lo imposible –caminó sobre el agua.
Jesús
estaba caminando sobre el agua y cuando Pedro vio a Jesús, él se hizo como Jesús y logró lo sobrenatural. La
Palabra de Dios declara que “nosotros
todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la
gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de
gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.”
Amado,
cuando mantienes tu enfoque en Jesús,
eres transformado a Su imagen de gloria en gloria. Eres transformado
por contemplarle, no por trabajar en
ello. Cuando ves que Jesús
está por encima de las tormentas de
tu vida, vas a elevarte por encima
esas tormentas sin ningún esfuerzo.
Así que,
en vez de estar viendo cuán insuperables son tus circunstancias y problemas, quítales tu atención y pon tus ojos en
Jesús. Si bien puede parecerte poco práctico, esta es la cosa más poderosa que tú puedes
hacer, ¡y Jesús te hará reinar sobre todas las tormentas en tu vida!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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