El Señor… escucha la oración de los
justos.
Proverbios 15:29
En tristeza y angustia, una mujer
estéril fue al templo de Dios a orar. Llorando, ella derramó su corazón delante de Dios. Ella no oraba audiblemente, solamente movía
sus labios mientras le pedía a Dios
por un hijo.
Cuando el sacerdote del templo vio la
forma en que ella oraba, supuso que estaba ebria e inmediatamente la amonestó. Ella tuvo que decirle que no estaba ebria, y
que en su dolor estaba derramando su
alma delante de Dios.
Entonces el sacerdote le dijo: “Ve en paz; y que el Dios de Israel te
conceda la petición que le has hecho.” (1ª Samuel 1:17) No
pasó mucho tiempo después de que esta mujer, Ana, concibió y dio a luz un
hijo, Samuel. Inaudible o suave como fue
su oración, ¡Dios la escuchó y cumplió su
deseo de un hijo!
Amado, no se trata de cuán largo o
corto, ni cuán alto o bajo tú oras, es a
quién oras lo que importa. Hoy, cuando ores, se consciente de que tienes la atención y el oído de tu Padre
celestial, que te ama tanto y escucha tus oraciones porque tú has sido justificado en Cristo. Y si
Él te ama lo suficiente para darte lo mejor del cielo –Jesús, ¿cómo no te
concederá también con Jesús todas las cosas? (Romanos 8:32)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
1ª
Samuel 1:17 “Respondió Elí y dijo: Ve en
paz; y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho.”
Romanos
8:32 “El que no eximió ni a Su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también
con El todas las cosas?”
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