Meditaré
en tus preceptos, y consideraré tus caminos.
Salmos 119:15
La Biblia registra para nosotros que
Josué, a los ojos de los hijos de Israel, dijo: “Sol, detente en Gabaón; y tú Luna, en el valle de Ajalón.” Y milagrosamente, “el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de
sus enemigos.” (Josué 10:12-13)
¡Qué
impresionante autoridad y poder en la boca de un hombre! La Biblia añade que “ni antes ni después hubo día como aquel, cuando el Señor prestó atención a la voz de un hombre; porque el Señor
peleó por Israel.” (Josué 10:14)
Ahora, ¿por qué las palabras de Josué
llevaban tanta autoridad y por qué el Señor escuchó su voz? Yo creo que tenía algo que ver con el hecho
de que Josué meditaba en las Escrituras
de día y de noche, tal como le había instruido el Señor al inicio de su
liderazgo. (Josué 1:8)
Amigo, el poder en tu boca o en tus
palabras no viene por la fuerza de tu puño o de tu voz, sino porque medites regularmente en la Palabra
de Dios. Por ejemplo, cuando meditas
con frecuencia en las promesas de Dios respecto a la sanidad, la fe cobra vida
en tu corazón, y esa enfermedad o dolencia tendrá que salir cuando tú le digas:
“¡Fuera!”
Cuanto más
medites en la gracia del Señor y Sus promesas, más se convertirán en realidad
para ti, hasta que tener fe ya no requiera esfuerzo. Entonces, como Josué, cuando tú hables, ¡el
cielo oirá y el infierno obedecerá!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph
Prince
Josué
10:12-14 “Entonces Josué habló al SEÑOR
el día en que el SEÑOR entregó a los amorreos delante de los hijos de Israel, y
dijo en presencia de Israel: Sol, detente en Gabaón, y tú luna, en el
valle de Ajalón. Y el sol se detuvo, y
la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto
escrito en el libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se
apresuró a ponerse como por un día entero.
Y ni antes ni después hubo día como aquel, cuando el SEÑOR prestó
atención a la voz de un hombre; porque el SEÑOR peleó por Israel.”
Josué
1:8 “Este libro de la ley no se apartará
de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo
lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás
éxito.”
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