Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está
su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
Salmos 1:1-2
En la
escritura de hoy, vemos que el salmista describe los hábitos de un hombre que
es bendecido por el Señor. Observa
que este hombre bendecido “no anduvo en
consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se ha sentado en silla
de escarnecedores”.
Esto
significa que el hombre bienaventurado no
depende del consejo de “expertos” que son independientes de Dios y no le
honran. Tampoco sigue a
aquellos que diseñan la caída de los demás con el fin de
prosperar. Y no participa
en conversaciones cínicas de holgazanes. El hombre que hace estas
cosas, es alguien que no confía en el Señor, sino pone su confianza en hombres
falibles y en sí mismo. Y no medita en los caminos de Dios, sino en
los caminos del mundo.
Amado, no
elijas este camino. Elige en su lugar, confiar plenamente en Jesús, meditando día y noche en
Su Palabra y Sus caminos. ¡Y será solo cuestión de tiempo antes
de que experimentes Sus bendiciones y triunfes en todo lo que haces!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph
Prince
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