… le dijo: “¿Quieres ser
sano?” El enfermo le respondió: “Señor, no tengo a nadie que me meta
en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes
que yo.” Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y
anda.” Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y echó
a andar…
Juan
5:6-9
Me encanta la historia de cómo Jesús sanó al paralítico en el estanque de Betesda. Este hombre, paralítico desde hacía 38 años,
estaba acostado junto al estanque sin alguien que lo ayudara y sin mucha
esperanza, esperando a que el ángel bajara para agitar el agua –se sabía que el
primero que entrara al agua en ese momento, quedaba curado de cualquier
enfermedad que tuviera. Pero debido a
su parálisis, el hombre nunca había podido ser el primero en entrar. Así que, él
permanecía allí esperando, con la esperanza de su milagro.
Entonces un día, él tuvo un encuentro con un
Hombre superior a los ángeles –Jesús– quien se encontró con él en el punto central de su necesidad. Jesús vino
al hombre paralítico y este hombre, que sufría desde hacía muchos años, se
echó a andar completamente sano.
Hoy,
Jesús quiere encontrarse contigo en el punto central de tu necesidad. Tú no
necesitas fechas especiales, situaciones especiales o ángeles, para ver la
manifestación de tu sanidad. Tú solamente necesitas al Señor, quien está
aquí en este momento para sanarte. ¡Él
es tu pronto auxilio en las tribulaciones! (Salmo 46:1)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
Salmo 46:1 "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones."
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