Al que no conoció pecado, le hizo
pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
2ª
Corintios 5:21
En la
cruz, Jesús no solo llevó tus pecados, ¡Él también te dio Su justicia!
Un intercambio divino tuvo lugar
allí –tus pecados por su justicia.
Esto significa que hoy, tú eres tan justo como Cristo mismo, ¡no debido
a tus buenas obras, sino debido a Su
obra terminada!
Así que, coloca tu mano sobre tu corazón en este
momento y declara firmemente:
Yo
(menciona tu nombre), ¡SOY la justicia de Dios en Cristo!
Vamos, dilo con voz fuerte por lo menos tres veces,
y créelo en tu corazón. Aprende a hablar esta poderosa verdad para ti, y sobre ti mismo todos los días. Si el enemigo te dice: “Tú eres un mal
cristiano y es por eso que estás enfermo”, solo declara: “¡YO SOY JUSTO EN CRISTO!” ¡Por
sus heridas yo he sido sanado!”
Amado, cuando tú meditas y honras la obra del Hijo que te ha hecho justo, ¡vas a ver Su
sanidad para toda debilidad, angustia y dolor!
Vas a verlo a Él haciéndote entrar en cada bendición que pertenece a los
justos!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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