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martes, 6 de noviembre de 2018

Apaga Los Dardos De Fuego Del Enemigo


En todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Efesios 6:16
Yo creo que cuando oramos en el Espíritu, es decir, en lenguas, un escudo se levanta a nuestro alrededor —un escudo acuoso.  Pero ¿por qué lo llamo un escudo “acuoso”?  Permíteme compartir contigo lo que el Señor me mostró.
Un día, yo estaba meditando en Efesios 6:16  —“en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.  Al principio, pensé en el escudo de madera de un soldado romano.  Pero cuatro palabras se repetían constantemente en mi mente: “apagar” y “dardos de fuego”.  Entonces, el Señor dijo: “Hijo, si fuera un escudo de madera, los dardos de fuego lo quemarían.”  Entonces Él me mostró un escudo acuoso, uno que era capaz de apagar los dardos de fuego.
Puedes preguntarte, “¿De dónde vino el agua?”
Recuerda que Jesús dijo: “El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: ‘De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.” (Juan 7:38)  El siguiente versículo dice: “Pero El decía esto del Espíritu…” (Juan 7:39)
Jesús estaba hablando acerca del Espíritu Santo, a quien Él comparó con ríos de agua viva que fluyen de nosotros.  Así que, ¡cuando oramos en el Espíritu, ríos de agua viva van a fluir, apagando los dardos de fuego del diablo lanzados contra nosotros!
Esto sucedió un día mientras yo cenaba con un miembro de la iglesia.  Bien, yo no suelo orar en lenguas cuando doy gracias por mis alimentos.  Pero esa noche, me sentí inspirado por el Espíritu para hacerlo.  Así que, oré en lenguas mientras ponía mis manos en mi porción de nasi lemak (arroz con sabor a coco).
Pronto, estábamos degustando nuestros alimentos y hablando, cuando de repente, yo mordí algo duro.  Lo escupí rápidamente, ¡y me di cuenta de que era un clavo!  Entonces, me di cuenta de que esta era la razón por la que el Señor quería que yo orara en lenguas.  Aunque el diablo estaba tratando de “clavarme”, ¡él falló!
Mi amigo, levanta el escudo acuoso que Dios te ha dado.  ¡Ora en el Espíritu y apaga los dardos de fuego del enemigo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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