Y el Señor se apareció a Abram,
y le dijo: “A tu descendencia daré esta tierra”. Entonces
él edificó allí un altar al Señor que se le había
aparecido.
Génesis 12:7
Yo no sé ustedes, pero yo no estoy satisfecho con
sólo saber que soy justo por la fe. También quiero conocer a Aquel que me hizo justo.
¡Quiero tener una relación íntima
con mi Salvador!
Abraham era un hombre así. Él era
justo por la fe, pero también tenía una estrecha relación con Dios y fue bendecido
por Dios en todas las cosas. (Génesis 24:1)
Su sobrino Lot, por otro lado, aunque justo también (2 Pedro 2:7-8), no
tenía el corazón orientado hacia Dios. Él terminó perdiendo mucho cuando Sodoma, la
ciudad en la que habitaba, fue destruida junto con Gomorra. ¡Él se salvó por poquito!
Mi amigo, ¿quieres ser un cristiano como Lot,
justo, pero siempre metido en problemas, o quieres ser un cristiano justo y bendecido como Abraham? Entonces, como Abraham, ten un corazón orientado hacia Dios.
Entre un lugar y otro, Abraham construyó altares para el Señor.
Y en medio de estos altares, ¡se hizo muy rico! (Génesis 13:2) No hay ningún registro bíblico, sin embargo,
de Lot construyendo un altar al Señor.
¿Qué es un “altar”
en el contexto actual? Es un lugar en donde sabes que tienes una
estrecha relación con Dios. Por
ejemplo, cuando mi difunto padre estaba en el hospital, yo estaba preocupado y
no sabía qué hacer. Recuerdo ir
manejando por la carretera, llorando. Después
de un rato, yo finalmente eché mis
preocupaciones en el Señor. Cuando
llegué al hospital, puse mis manos sobre mi padre y le dije: “Se sanado en el
nombre de Jesús.” ¡Y él fue sanado!
Aún hoy, yo puedo recordar el lugar en donde eché mis
preocupaciones en el Señor y me apoyé en Su amor por mí. Ese es mi “altar.” Y no es el único.
Tenemos que tener este tipo de relación con Dios, una relación llena de “altares” que nos
recuerden de Su amor, Su bondad y Su fidelidad. No vivamos la vida cristiana como Lot,
salvados por poquito. ¡Caminemos cerca de Dios como lo hizo
Abraham y seamos ricamente bendecidos en cada área de nuestras vidas!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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