Así que ni el que planta ni el que riega es algo,
sino Dios, que da el crecimiento.
1 Corintios 3:7
A veces, pensamos que el
crecimiento o el éxito que disfrutamos es el resultado de nuestros propios
esfuerzos o nuestro trabajo duro. Y no
estoy abogando por la pereza, pero la
verdad es que es Dios quien está detrás de nuestro crecimiento.
Vemos esta verdad cuando
leemos la historia de Rut, una joven viuda de Moab, que trabajaba recogiendo
espigas en un campo de cebada, desde la mañana hasta la tarde. Ahora, podríamos atribuir todo el efa —una
provisión sustancial para 10 días— de cebada que ella recolectaba al final del
día, a su trabajo duro. Después de todo,
ella trabajaba todo el día en el campo.
Pero cuando leemos
acerca de cómo Booz, el dueño del campo, había dicho en secreto a sus segadores
“sacaréis a propósito para ella un
poco de grano de los manojos y lo dejaréis para que
ella lo recoja” (Rut 2:16), sabemos
que fue a causa de la intervención de Booz que Ruth terminaba con tanto.
Yo creo que Jesús, nuestro Booz celestial, hace lo
mismo para nosotros hoy. Él hace que la
gente nos favorezca y “deje caer”
bendiciones en nosotros porque Él nos ama.
Luego, Él nos lleva a “recoger” esas bendiciones.
A menudo, sucede tan aparentemente natural que olvidamos que es el Señor
quien nos ha bendecido con ese crecimiento.
Una miembro de nuestra
iglesia que dirige una floristería nos compartió que una vez, Dios hizo que
alguien que necesitaba una gran cantidad de flores “dejara caer” una grandísima orden con ella. También nos compartió que le había estado
costando mucho hacer dinero a pesar de que había estado trabajando duro durante
muchos años. Pero cuando se hizo
cristiana después de venir a nuestra iglesia, comenzó a confesar a diario que el favor de Dios estaba sobre ella. Unas semanas después, esa gran orden de
S$14,000 llegó. Sólo Dios podría haberle dado ese crecimiento tan sobrenatural.
Mi amigo, tu trabajo
duro no está detrás de tu crecimiento. La Biblia nos dice que es “Dios, que da el crecimiento.” ¡Él es quien está detrás de tu crecimiento y
se deleita en bendecirte porque Él te ama!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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