Entonces, ¿qué diremos a esto? Si
Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Romanos 8:31
Cada vez que el diablo nos arroja algo, necesitamos
no perder la esperanza. De
hecho, podemos estar seguros de que Dios va a voltear las cosas,
transformándolas en una mayor bendición para nosotros, porque Él está por
nosotros.
Cuando Dios hizo al
hombre, le dio el dominio sobre todo en la tierra. (Génesis 1:26)
Pero cuando Adán cayó, el pecado y la muerte entraron en el mundo, y el
hombre perdió su autoridad ante el diablo.
Así que, ¿ganó el diablo? No,
Dios ejecutó Su plan de redención al
enviar a Su Hijo Jesús a morir por nosotros. Y Él
quiere que sepamos que la muerte de Jesús hizo más que solo restituirnos hacia
la misma posición que Adán tenía —¡nos coloca en una posición mucho más alta!
Cuando el Padre resucitó
a Jesús de entre los muertos, nosotros los que estamos en Cristo fuimos
resucitados con Él. En otras palabras, ahora
estamos sentados con Él a la diestra de Dios en los lugares celestiales, “¡muy por encima de todo principado,
autoridad, poder, dominio y de todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero!” (Efesios 1:21)
Adán nunca tuvo esta posición.
Así que, a través de la muerte y
resurrección de Jesús, hemos recibido muchísimo más.
En el Antiguo Testamento, leemos acerca de cómo
Dios sacó a los israelitas de la esclavitud en Egipto a una tierra que mana
leche y miel. El diablo pensó que podría
frustrar el plan de Dios, poniendo gigantes en la tierra prometida para detener
a los israelitas de heredarla. Pero Dios es más listo que el diablo. Él permitió que los gigantes construyeran
sus casas y sus ciudades, cavaran pozos y cultivaran cosechas, hasta que llegó el momento correcto. ¡Entonces, Él trajo a los israelitas hacia
la tierra y desalojó a los gigantes!
Así que, los israelitas
acabaron heredando “grandes y espléndidas
ciudades que ellos no edificaron, casas llenas de toda buena cosa que ellos no
llenaron, y cisternas cavadas que ellos no cavaron, viñas y olivos que ellos no
plantaron”. (Deuteronomio
6:10-11) Aunque el diablo trató de
evitar que el plan de Dios para Su pueblo se cumpliera, ¡ellos terminaron recibiendo muchísimo más!
Amado, el diablo puede lanzar contra ti obstáculos
y situaciones difíciles, pero Dios va a
cambiar esos planes malignos a tu alrededor, por una bendición mayor, ¡Él está
por ti!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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