Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado
gratuitamente.
1 Corintios
2:12
Como hijo del Dios
Altísimo, Dios quiere que conozcas las
cosas que te han sido dadas gratuitamente.
Él quiere que las recibas
libremente a pesar de que para Él sí tuvieron un precio, Su Hijo. Él pagó ese precio, porque quiere que tú
recibas las bendiciones libremente. Así de intenso es Su amor por ti.
Tal vez tú estás
preguntándole a Dios: “¿Cómo es que no tengo tal bendición? Y ¿por qué es que tengo tan poco de esto?”
Yo creo que Él te está
diciendo: “¿Qué te falta hijo Mío? ¿Salud? ¡Tómala!
Ya he pagado por ella con la vida de Mi Hijo.
“¿Necesitas paz mental? Mi Hijo llevó una corona de espinas en Su
cabeza para dártela a ti. ¡Tómala!”
“¿Te falta sabiduría? ¡Toma Mi sabiduría!”
“¿Necesitas victoria? La victoria no es algo que se logra. Es un regalo que debe ser recibido. ¡Tómalo!”
“¡Toma Mi provisión! ¡Toma Mi favor! Cada vez que te acerques a Mi presencia, toma
y toma un poco más!”
Dios, tu Padre celestial, quiere que recibas como
el hijo pródigo, que no merecía nada, pero recibió todo. (Lucas 15:11-24) Dios se
deleita en dar libremente. Y se deleita
en ti cuando recibes libremente, porque esto demuestra que tú valoras y
aprecias el sacrificio de Su Hijo.
Nos perdemos de esto
cuando nos ocupamos en tratar de ganar lo que se nos ha dado libremente, cuando
pensamos que debemos hacer más cosas para que Dios nos bendiga, o pensamos que
tenemos que pagar el precio por ello.
Dios no puede dárnoslo basado en nuestras obras, porque si es por obras,
ya no es por gracia. Cuando nosotros
tratamos de trabajar por ello, frustramos
la gracia de Dios y le restamos importancia a la obra de Jesús en el Calvario.
Mi amigo, los días de
intentar, luchar y merecer se acabaron. Los
días de tomar, tomar y tomar más llegaron. ¡Toma y vas a darle placer al corazón de Dios!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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