Inspiración de Gracia
Y cuando Yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna
plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando Yo hiera la tierra de
Egipto. (Éxodo 12:13)
Durante 400 años, los hijos de Israel fueron
esclavos en Egipto. La vida para ellos
tenía que ver con trabajo forzado, dolor, pérdida e incluso la muerte. Cuando Moisés, su libertador, llegó, lo que
pronto siguió fue una plaga tras otra sobre los egipcios. Pero ninguna de las plagas causó que Faraón
liberara a los israelitas, hasta que ellos pusieron la sangre en los postes de
sus puertas. ¡Lo qué nueve plagas no
pudieron hacer, la sangre lo hizo! Los israelitas finalmente fueron liberados a
causa de la sangre.
¿Estás bajo algún tipo
de esclavitud? ¿Están sus seres queridos
cautivos por el destructor que está empeñado en destruirlos? Clama por la sangre del Cordero de Dios sobre
todo lo que es tuyo y de tu familia. Cuando nada más parece funcionar, ¡Su
sangre siempre funciona!
Cuando yo era un
adolescente hice una temporada como auxiliar de maestro en una escuela
primaria, una de las niñas de mi clase no llegó a la escuela un día. Yo no pensé demasiado en su ausencia hasta que
regresé a casa esa tarde. Mientras oraba, el Espíritu Santo me impulsó
a pedir por su protección y a cubrirla con la preciosa sangre de Jesús.
Más tarde se reveló
que ella había sido secuestrada por un famoso asesino en serie que había
asesinado a varios pequeños niños. Mi
alumna relató cómo ella había sido atada y ofrecida a las “deidades” que el
asesino tenía en su departamento. Milagrosamente, él la liberó cuando los espíritus
malignos la encontraron una ofrenda inadecuada.
¿Por qué fue liberada
ilesa esta alumna? Yo creo que ella fue
presentada a las deidades la misma tarde en que yo clamé la sangre de Jesús
sobre ella. Por supuesto, los espíritus
malignos no la querían porque el Dios Altísimo no les permitiría tenerla. Dios la estaba protegiendo. ¡Ella
fue puesta en libertad por la sangre de Jesús!
Verás, cuando tú
clamas la sangre de Jesús, el destructor no puede acercarse. Cuando él ve la sangre, él debe respetar la
sangre. Él no puede tocar lo que está cubierto por la sangre. ¡La
sangre de Jesús realmente te protege y te libera!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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