Inspiración de Gracia
… la justicia que es de la fe, dice así… (Romanos 10:6)
Cada vez que tú confiesas: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”,
Dios el Padre se complace. Cuando confiesas que
eres la justicia de Dios en Cristo, le estás recordando lo que Su Hijo hizo
para que tú seas justo.
Además, al hacerte
justo, Dios se muestra justo — “para
demostrar en este tiempo Su justicia, a
fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.”
(Romanos 3:26)
Cada vez que Jesús te
escucha confesando: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”, también complaces
mucho Su corazón, porque tú estás
sosteniéndote de lo que Él sufrió y murió para darte.
El Espíritu Santo, que
ahora mora en ti para convencerte de tu justicia (ver Juan 16:10), también se
alegra de sobremanera cuando tú confiesas: “Yo soy la justicia de Dios en
Cristo.” Él se complace cuando tú fluyes
con Él.
El deleitar a cada
persona de la Trinidad no es lo único que tú obtienes cuando declaras: “Yo soy
la justicia de Dios en Cristo.” La
Biblia nos dice que cuando tú “buscas
primero el reino de Dios y Su justicia,
todas estas cosas te serán añadidas.” (Mateo 6:33)
Ya sea comida, ropa u
otras necesidades en tu vida, “todas
estas cosas” te serán añadidas. No
solo te serán dadas, sino que se te añadirán como herencia cuando tú busques
primero Su justicia.
Tú no necesitas usar tu
fe para cada necesidad en tu vida. ¡Solo
necesitas usar tu fe para una cosa —creer que tú eres la justicia de Dios en
Cristo, ¡y eso causará que todas las bendiciones que estás buscando, vengan
tras de ti y te alcancen!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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