Inspiración de Gracia
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo
a la multitud que le seguía: “Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe
tan grande.” (Lucas 7:9)
La manera en tú que ves a Jesús, la revelación que tú tienes sobre
Él, no afectará la
aceptación de Dios hacia ti. Pero
afectará tu aceptación de lo que Dios tiene para ti. Afectará la manera en que tú recibes de Él.
Considera al centurión
romano que le dijo a Jesús: “No soy digno
de que entres bajo mi techo… tan solo di
la palabra y mi siervo será sanado.” (Ver Lucas 7:6–7) Compáralo con Jairo, uno de los oficiales de
una sinagoga, quien le dijo a Jesús: “Mi
hijita está al borde de la muerte; te
ruego que vengas y pongas las manos sobre ella para que sane y viva.” (Ver
Marcos 5:22–23)
¿Sabías que Jesús no
tiene que ir a tu casa para sanarte? Entonces, ¿por qué Jesús siguió a Jairo a su
casa? Jesús tuvo que bajar al nivel de
fe de Jairo. Jairo creía que su hijita
podía ser sanada, pero solo si Jesús venía hasta donde ella estaba y ponía Sus
manos sobre ella.
El centurión era diferente.
Él dijo: “Señor, no tienes que venir a
mi casa. Yo sé quién eres.” Este
centurión creía que Jesús no tenía que ir a su casa para que su siervo fuera
sanado. Él creía que Jesús solo necesitaba decir la palabra. Él le dijo a Jesús: “Tan solo di la palabra y mi siervo será sanado.”
¿Sabes tú quién es
Jesús? ¡El centurión tuvo un entendimiento
más grande acerca de quién es Jesús, que el que tenía Jairo, el oficial de la
sinagoga, y el centurión ni siquiera era judío!
Jesús le preguntó a Sus
discípulos: “¿Por qué estáis amedrentados?
¿Cómo no tenéis fe?” (Marcos 4:40) Él incluso les llamó: “… hombres de poca fe.” (Mateo 6:30) Pero a la mujer cuya hija estaba poseída por un
demonio, Él dijo: “¡Oh mujer, grande es
tu fe!” (Mateo 15:28) Y al
centurión, le declaró: “¡Ni aún en Israel
he hallado una fe tan grande!”
Mi deseo es que tú tengas un entendimiento preciso
acerca de quién es Jesús, porque cuando tu revelación de Jesús sea grande, tú
vas a conocer lo que se te ha dado gratuitamente. ¡Y
cuando tú sepas lo que es tuyo en Cristo Jesús, vas a ser rico en todas las
cosas!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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