Inspiración de Gracia
Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a
fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis
para toda buena obra. (2 Corintios 9:8)
Si tú estuvieras en la misma sinagoga que el
hombre de la mano seca (ver Lucas 6:6–11), ¿cómo lo verías y qué crees que le habrías
dicho?
Jesús estaba
predicando en esa sinagoga cuando vio al hombre con la mano seca. Pero Él
también vio gracia sobreabundante alrededor de esa mano para su sanidad y
perfección. Él ve de manera diferente a
nosotros. Él ve lo invisible. Él ve que el reino de Dios está aquí, siempre
presente en toda situación, con provisión sobreabundante. Nosotros solo vemos lo visible, lo que es
tangible, temporal y que nos parece tan real.
Pero Jesús vio gracia
sobreabundante en esa mano seca, para sanarla, porque tú no le dices a un
hombre con una mano seca: “Extiende tu
mano”, a menos que estés viendo la provisión, la sobreabundancia para el
perfeccionamiento de esa mano. Jesús llamó a existencia la gracia
sobreabundante para que esta envolviera la mano seca de ese hombre y la mano se
sanó.
Es posible que una persona
enferma tenga gracia sobreabundante sobre ella y sin embargo, que esa gracia
sobreabundante no sane su cuerpo. Esto
es porque esa persona sigue atenta lo
que le hace falta o el problema que está viendo. Está más preocupada
por lo que es visible y temporal.
En lugar de llamar a existencia, reconocer y confesar
la sobreabundancia de la gracia de Dios, confiesa su circunstancia negativa
todo el tiempo. Entonces, aunque la
gracia sobreabundante esté allí, está allí en vano. ¿No es esto triste?
Jesús llamó a existencia
la vida y la vida saltó, haciéndose visible. Nosotros
debemos llamar a existencia lo que queremos ver. Di: “Padre, te agradezco porque en este
momento, aunque mi salud está bajo ataque, hay una gracia sobreabundante
disponible para mi sanidad y salud. Yo
la llamo a existencia y la recibo ahora en el nombre de Jesús. ¡Amén!”
Amigo, no seas consciente
de lo que ves que hace falta o lo que perdiste. ¡Sé
consciente de la gracia sobreabundante de Dios para ti y aprovéchala!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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