recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

miércoles, 10 de junio de 2020

Los Latidos Del Corazón Del Hijo Por Ti


Inspiración de Gracia
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.  (3 Juan 1:2)
Digamos que tú estás viviendo tus noventas ahora.  Alguien viene y te pregunta: “Señor, usted ha sido cristiano por mucho tiempo.  Ha visto mucho y ha hecho mucho con Dios de su lado.  También ha hecho toda clase de oraciones.  Así que,  ¿qué pondría usted como máxima prioridad al orar por las personas?”
Creo que al apóstol Juan se le hizo una pregunta similar y su respuesta fue: “Amado, yo ruego sobre todas las cosas que tú seas prosperado y que tengas buena salud, así como prospera tu alma.”  Cuando el apóstol Juan escribió 3 Juan, él ya era un hombre muy viejo y probablemente el único de los 12 discípulos originales que todavía estaba vivo.  Había pasado mucho tiempo desde la última vez que caminó junto a su amado Señor y fue testigo de Su crucifixión, resurrección y ascensión.
El apóstol Juan también se había recostado sobre el pecho del Señor en la noche de la Última Cena.  Y yo creo que allí, recostado en el pecho de Jesús, él debe haber sentido los latidos del corazón del Hijo de Dios —ese latir amoroso y compasivo que lo había llevado a ir “haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38)  De hecho, dos tercios del ministerio de Jesús en la tierra tuvieron que ver con sanar a los enfermos.
Y ahora, cerca del final de su vida, y después de todo lo que él había escuchado, visto y experimentado, el apóstol Juan priorizó, sobre todas las cosas, la salud y la prosperidad holística.  Él dijo: “Yo ruego sobre todas las cosas que tú seas prosperado y que tengas buena salud, así como prospera tu alma.”  Él conocía los latidos del corazón del Señor.  Él sabía que el Señor quiere y siempre querrá esto para Su pueblo.
Jesús priorizó la sanidad divina durante Su ministerio en la tierra.  Y Jesús, que es “el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8), hará lo mismo por ti hoy.  Su corazón está latiendo por ti.  ¡Él nunca va a desperdiciar la oportunidad de hacerte el bien, se sanar tu cuerpo roto, las cicatrices emocionales y el espíritu cansado, y de bendecirte!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario