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miércoles, 3 de junio de 2020

Por Nada Estés Afanoso


Inspiración de Gracia
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.  (Filipenses 4:6-7)
Cuando nos enfrentamos a una dificultad o crisis, nuestra tendencia es ponernos ansiosos al respecto.  Pero Dios no quiere que reaccionemos de esta manera.  Él no quiere que estemos ansiosos por nada.  En cambio, cualquiera que sea el problema, Él quiere que nosotros vayamos a Él en oración y súplica, diciéndole lo que necesitamos y agradeciéndole por Su respuesta.  Cuando hacemos eso, Su paz, que sobrepasa todo entendimiento, protegerá nuestros corazones y nuestras mentes de todas las preocupaciones, ansiedades y temores.
“Pastor Prince, para usted es fácil decir: ‘Por nada estés afanoso.’  Intente vivir con mi esposo por un día.  Intente disciplinar a este adolescente rebelde que tengo.  ¡Mire el saldo en mi cuenta de banco!  ¿Cómo puedo no estar afanoso?”
¡Espera!  No soy yo quien dijo: “Por nada estés afanoso.”  El apóstol Pablo lo dijo.  Sin embargo, no fue él —él fue inspirado por el Espíritu Santo.  Y cuando Pablo escribió eso, él estaba preso bajo arresto domiciliario en Roma.  Él había sido enviado a Roma porque había apelado a César con respecto a su sentencia de muerte.  Los judíos en Jerusalén querían que lo mataran. (Ver Hechos 28:16–20)
Aún así, en esas condiciones difíciles, él escribió estas palabras: “Por nada estés afanoso, antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.”
Amigo, si tú estás afanoso o preocupado por algo, recuerda esas palabras.  Digamos que estás afanoso por una gran deuda.  Ve al Señor y ora: “Señor Jesús, ya no quiero estar afanoso por este problema.  Te lo entrego a Ti y pido por la cancelación sobrenatural de esta deuda.  Ésta, está ahora bajo tu cuidado.  Tú estás a cargo.  Te doy gracias por hacerte cargo de ella.”
Dios es fiel a Su palabra.  Mientras tú haces esta oración y echas tu ansiedad sobre Él, vas a hallar que Su paz tranquiliza tu corazón y tu mente con reposo.  Así que, no estés afanoso por nada —¡deja que Aquel con quien nada es imposible se haga cargo de ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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