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martes, 9 de junio de 2020

Jesús Cumplió Cada Demanda De Dios Sobre Ti


Inspiración de Gracia
Entonces degollará el novillo delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán por todos los lados sobre el altar que está en la entrada de la tienda de reunión.  (Levítico 1:5)
Cuando los hijos de Israel estaban en el desierto, Dios les ordenó que establecieran un tabernáculo como lugar de encuentro entre Él y ellos.  Cerca de la puerta del tabernáculo había un altar.  Esto habla de las demandas que Dios hace sobre la justicia del hombre.  Por esta razón, una ofrenda debió matarse, su sangre fue rociada sobre el altar y su cuerpo quemado sobre el altar a fin de que uno fuera considerado digno de entrar a la presencia de Dios.
El rociamiento de la sangre de un toro o un macho cabrío por todo el altar significaba que los israelitas estaban cubiertos por la sangre de ese animal.  Incluso cuando ellos pecaban, sus pecados estaban cubiertos por la sangre hasta el próximo sacrificio.
Esa sangre nos habla de la sangre de Jesús que fue derramada por nosotros en la cruz.  ¡Sin embargo, Su sangre vale mucho más que la sangre de toros y machos cabríos porque Su sangre es efectiva para siempre!  De hecho, Su sangre cumplió cada una de las demandas de Dios sobre el hombre, al punto de que Dios está tan perfectamente satisfecho que Él disfruta ahora el sabor del descanso en lo que Su Hijo hizo.
Tú también puedes descansar sabiendo que Dios está completamente satisfecho contigo debido al sacrificio perfecto de Cristo.  Incluso si caes en pecado, tú puedes recurrir a la sangre de Jesús.  Tus pecados no están simplemente cubiertos por Su sangre, como la sangre de los toros y machos cabríos cubría los pecados.  ¡No, tus pecados fueron lavados por Su sangre! (Ver Apocalipsis 1:5)  De hecho, ¡Dios nunca más se acordará de tus pecados e iniquidades! (Ver Hebreos 8:12; 10:17)
Jesús fue tu ofrenda perfecta puesta en el altar del sacrificio.  Porque por una sola ofrenda, la ofrenda de Sí Mismo, “Él hizo perfectos para siempre a los que son santificados.” (Hebreos 10:14)  Jesús no solo te santificó o te hizo santo, ¡Él te hizo perfecto para siempre!  Hoy, tú puedes entrar confiadamente a la presencia de Dios porque Él te ve de la manera en que Él ve a Jesús.  ¡Él te ve perfecto para siempre porque tú estás en Cristo!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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