Inspiración de Gracia
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él
es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en
todo la primacía. (Colosenses 1:18)
La Palabra de Dios dice que Cristo es la cabeza
y nosotros la iglesia somos Su cuerpo.
Así que, Cristo y la iglesia son uno. ¡Cristo
y tú son uno! No podemos decir que Dios ve a Cristo, la cabeza, perfecto,
pero a Su cuerpo imperfecto. O que Cristo es aceptado pero Su cuerpo no es
aceptado. ¡La medida de la aceptación de Jesús con Dios es la medida de tu
aceptación con Dios!
Por lo tanto, no tiene
sentido decir que la cabeza está bien, pero el cuerpo está enfermo, que la
cabeza es rica pero el cuerpo es pobre, o que la cabeza tiene reposo pero el
cuerpo tiene estrés. Amigo, lo que Jesús es delante de Dios, es lo que
tú, Su cuerpo, eres. ¡Así como Él es, tú también eres en este
mundo! (Ver 1 Juan 4:17)
Hoy, Dios quiere que tú
reclames a Cristo como tu cabeza. Comienza a creer que todas Sus perfecciones,
y que el deleite y la alegría que Él genera en el corazón del Padre, Él los ha
puesto en tu cuenta. ¡Entonces comenzarás a darte cuenta de que así como Jesús es un aroma fragante para el
Padre, tú también lo eres!
Cuanto más comiences a
ver que eres uno con Cristo, más te
darás cuenta de que sea lo que sea que necesites en este momento, Él te lo está dando. Si tú estás enfermo en tu cuerpo, Cristo, tu
cabeza, te imparte Su salud y sanidad. Si te hace falta sabiduría, Cristo, tu cabeza,
te imparte libremente Su sabiduría. Si algo te hace falta, Cristo, tu cabeza, te
da Sus riquezas abundantes.
Amado, ten esta rica
revelación de que Cristo y tú son uno.
Tú
nunca podrás estar separado de Cristo, tu cabeza, de quien viene toda la
provisión para tu cuerpo —todo el poder, la sabiduría, el sustento y la salud.
Así que declara: “¡Como Él es, así soy yo también en este mundo!”
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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