Inspiración De Gracia
El primer día
de la semana los discípulos se reunieron para partir el pan… Hechos 20:7, RVC
Déjame decirte por qué creo que la
Santa Cena es más poderosa que cualquier medicina, que cualquier procedimiento
médico, que cualquier antibiótico y que cualquier quimioterapia que usemos para
sanar nuestros cuerpos. Déjame decirte por qué creo que la Santa
Cena es la proverbial “fuente de la juventud” que la humanidad ha estado
buscando por generaciones y por qué creo que cada vez que participamos de ella,
estamos haciendo que nuestra juventud se renueve como el águila. (Sal. 103:5)
La tierra ha estado bajo un juicio divino desde que Adán
pecó. El envejecimiento, la enfermedad y la muerte son parte de esta
sentencia divina.
La realidad es que vivimos en un mundo caído y estos
efectos de la sentencia divina están sucediendo en nuestros cuerpos mortales. Pero
Dios nunca tuvo la intención de que Sus hijos sufrieran nada de esto.
Es por eso que Él envió a Su Hijo para llevar nuestros
pecados y nuestras enfermedades en la cruz. Por eso Él proveyó la
Santa Cena como una ruta para escapar del juicio divino que está sobre este
mundo, para anular sus efectos.
La Santa Cena es un canal sobrenatural para que Su salud y
Su plenitud fluyan hacia nuestros cuerpos. ¡Mientras el mundo se
torna más débil y enfermo, yo creo que nosotros nos estamos haciendo más fuertes
y saludables cada vez que participamos de la Santa Cena por fe!
La iglesia primitiva comprendió claramente cuán poderosa
es la Santa Cena. Es por eso que la Biblia nos dice que ellos
partían el pan “de casa en casa.” (Hechos 2:46, NVI)
Cuando ellos se reunían el domingo, la razón principal no
era para escuchar la predicación y la enseñanza: “los discípulos se
reunieron para partir el pan.” (Hechos
20:7) Aunque el apóstol Pablo era el orador invitado ese fin de
semana, la razón principal por la que ellos se reunieron era para partir el
pan.
Si las personas conocieran hoy la magnitud del poder
contenido en la Cena del Señor, ellos serían como la iglesia primitiva,
estarían participando de la Santa Cena tan a menudo como pudieran y recibiendo
tantos de Sus beneficios como pudieran. ¡Nos han robado,
gente! ¡Es hora de despertar!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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