Inspiración De Gracia
Le devolveré sus viñedos y
convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza. Oseas
2:15, NTV
Quizás estás
atravesando un valle de dificultades. Tal vez estás decepcionado con
Dios porque has perdido a un ser querido o porque has estado luchando contra
esa enfermedad año tras año.
Quiero animarte a
que no preguntes “¿Por qué?” Preguntar por qué solo te
llevará a una espiral descendente hacia la depresión. No
preguntes: “¿Por qué me pasa esto a mí?” No
preguntes: ”¿Por qué mi hijo no se cura a pesar de que he confiado en
ti durante años?” o “¿Por qué mi ser querido está pasando por
una tragedia tras otra?”
El hecho es que, en
este mundo caído, nosotros no tenemos todas las respuestas. Un día,
recibiremos nuestros nuevos cuerpos, donde lo corruptible se vestirá de
incorrupción y lo mortal se vestirá de inmortalidad. (1 Cor.
15:53) Pero hasta entonces, reconozco que a veces suceden cosas malas
y no sé por qué.
Pero lo que sí
sé es esto: Dios es un Dios bueno. Él nos ama y Él nunca está
detrás de ningún dolor por el que nosotros pasamos. Nuestra fe en Él
no se basa en nuestras experiencias; está basada en la inamovible y eterna
Palabra de Dios, que no puede mentir.
Incluso cuando las
cosas no salen como tú querías, no te acomodes en tu decepción. El
diablo quiere que tú te enojes con Dios y renuncies a Sus
promesas. Pero tú mantente creyendo que Dios está a tu favor y
no en tu contra.
Incluso si el
enemigo ha destruido algo en tu vida, e incluso si se han perdido años mientras
esperabas la manifestación de tu sanidad, o si los días de tu juventud te han
sido robados, mantente creyendo que Dios puede restaurarte lo que has perdido.
(Joel 2:25, Job 33:25)
Amigo, “mantengamos
firme la confesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que
prometió”. (Heb. 10:23) Mantente buscando al Señor para
tu rompimiento, avance, liberación o milagro. Y si descubres que
estás demasiado cansado para seguir creyendo, yo oro por que esta promesa te
sostenga:
Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se
remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no
se fatigarán.
—Isaías 40:31
Viendo a través de
los ojos de la fe,
Joseph Prince
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