Medite En
El Espíritu del Señor
está sobre Mí, por cuanto Me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me
ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los
cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar
el año agradable del Señor.
Lucas 4:18-19
Cuando
Jesús estaba en una sinagoga en Nazaret, Él habló sobre como Dios envió a Elías
a la viuda de Sarepta, y a Eliseo a Naamán el sirio. Si usted lee estas dos historias en el
Antiguo Testamento, se dará cuenta de que uno es un milagro de provisión y abundancia
(la última porción del aceite de la viuda fue multiplicada), mientras el otro
es un milagro de sanidad (Naamán fue limpio de la lepra).
Así
que incluso en el Antiguo Testamento, vemos que el deseo de Dios es proveer abundantemente
y sanar a la gente. No es Su voluntad
para nadie que sufra escasez, o que muera por enfermedad. En el Nuevo Testamento, cuando Jesús encontró
escasez, Él dio grandes capturas de peces, y multiplicó panes y pescados. Cuando los enfermos se acercaban a Él, Él
siempre los sano.
Jesús
es el mismo ayer, hoy y siempre. Establece
esto en tu corazón y entiende que Él quiere proveerte y que tengas salud. Tome tiempo para leer todos los milagros de provisión
y sanidad en los Evangelios y ver el corazón de Jesús para usted hoy.
Bendiciones,
Joseph Prince
Joseph Prince
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