recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

lunes, 9 de diciembre de 2013

¡El Precio Fue Pagado!



Medite En

Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados –y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo.
1ª Juan 2:2, NTV


Cuando la culpa y la condenación son un gran peso en su consciencia, muchas personas sienten la necesidad de pagar por sus pecados.  Para apaciguar el sentimiento de haber fallado, ellos se castigan a sí mismos reprochándose mentalmente de manera repetida por sus fallas, y algunos incluso van tan lejos, que se ocasionan lesiones o daños en sus propios cuerpos.  Y cuando las cosas no salen bien en sus estudios, su trabajo o sus relaciones, ellos se dicen a sí mismos que se merecen los resultados negativos.  Ellos no sienten que merecen tener éxito en lo que hacen.

Mi amigo, la respuesta a tu consciencia de culpa, falla o insuficiencia, es la cruz.  La cruz declara: “Jesús, quien no tiene pecado ni mancha, el Hijo amado de Dios, murió en tu lugar.  ¡Allí está tu castigo!  Él fue clavado.  Él fue cortado.  Él fue herido por tus transgresiones.  Él fue molido para que tú no tuvieras que ser molido.  ¡Él murió joven para que tú no tengas que morir joven!”

Nuestra consciencia se satisfice cuando miramos a la cruz y vemos a Jesucristo colgando de ella, suspendido entre el cielo y la tierra.  Él que no conoció pecado, se convirtió en nuestro pecado, y Él llevó la plenitud de la santa y justa ira de Dios en Su propio ser, a nombre nuestro.

Cuando miramos a la cruz y comprendemos: “Ahí está mi castigo.  Ahí está mi muerte,” nuestra consciencia dice: “Paz.  Está pagado.”  Ya no tenemos que herirnos a nosotros mismos.  No tenemos que golpearnos a nosotros mismos.  Jesús sufrió todo por nosotros, para que nosotros podamos tener todas Sus bendiciones y reinar en la vida.  Solo Él es el sacrificio de expiación por todos nuestros pecados.  ¡Aleluya!

Bendiciones,
Joseph Prince


No hay comentarios:

Publicar un comentario