Medita En
Y
los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado
Dios [a Noé]; y Jehová le cerró la puerta.
Génesis 7:16
Noé y sus hijos no se encerraron a sí mismos en el
arca. Fue el Señor Mismo quien los
encerró para que estuvieran protegidos de la gran inundación.
“Pastor Prince, ¿es realmente importante quién los
encerró?"
Mi amigo, ¡cuando el Señor te encierra, tú tienes
seguridad completa y perfecta! Cuando el
Señor cierra una puerta, ¿quién la puede abrir? Ningún enemigo, ya sea humano, angélico o
diabólico, y ninguna fuerza de la naturaleza, pueden abrir la puerta que el
Señor mismo ha cerrado. Cuando las
enormes olas golpearon repetidamente en la puerta del arca, ésta permaneció
cerrada, y Noé y los miembros de su familia se mantuvieron sanos y salvos.
Por otra parte, cuando se construía el arca, Dios
le dijo a Noé que “la cubriera por dentro y por fuera con brea” (Génesis 6:14).
Esto era para hacerla impermeable. Aquí, la palabra hebrea para “cubrir” es kaphar, que significa “hacer expiación”. La palabra hebrea para “brea” aquí es kopher, que significa “rescate” o “precio
de redención.” Así que, acá mismo tú
puedes ver el sacrificio expiatorio de Jesús, quien entregó Su vida en rescate
por muchos (Mateo 20:28). ¡Él es nuestra
verdadera arca, y tenemos salvación estando en Él!
Hoy, estamos encerrados seguros en Cristo porque
estamos en Él (1a Corintios 1:30). Estamos
encerrados por seguridad. Estamos
encerrados para preservación. Cuando las
tormentas e inundaciones llegan, cuando hay muerte, destrucción y peligro a nuestro
alrededor, nosotros podemos esperar seguridad, provisión y paz, ¡porque el
Señor mismo nos ha encerrado en Él!
Bendiciones,
Joseph Prince
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