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sábado, 20 de diciembre de 2014

Tranquilamente Productivo

Medita En

Venid a Mí, todos los que estáis cansados y cargados, y Yo os haré descansar.  Tomad Mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas.  Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera.
Mateo 11:28-30
Al leer acerca de Jesús en los Evangelios, encontrarás que Él era muy activo.  Él predicó, enseñó, sanó a los enfermos, resucitó a los muertos, echó fuera demonios y lidió sabiamente con los fariseos astutos.  Sin embargo, al hacer todas estas cosas, Jesús estuvo siempre muy tranquilo.  Él nunca estaba preocupado, estresado, o desesperado.
Cuando Él y Sus discípulos se encontraban en una barca camino a la tierra de los gadarenos, una fuerte tormenta se levantó.  Los discípulos entraron en pánico, creyendo que la barca iba a hundir a todos en una tumba de agua.  Pero, ¿qué estaba haciendo Jesús?  ¡Él estaba profundamente dormido!  Las ráfagas de viento, el azote violento de las olas y el zarandeo de la barca no le despertaron –sólo el clamor de sus discípulos lo hizo.  ¿Qué hizo después?  ¡Él reprendió a la tormenta y trajo paz perfecta!
Cuando llegaron a su destino, un hombre agresivo, gravemente endemoniado salió de las tumbas y se encontró con Jesús.  Sus discípulos, que estaban con Él en la barca, de repente se alejaron.  Pero Jesús, tan tranquilo como de costumbre, se mantuvo firme y con una sola palabra –“Ve”–,  envió a los demonios fuera (Mateo 8:32).  Él le trajo paz al hombre, le devolvió una mente sana y le dio plenitud.
Mi amigo, este Jesús que es tranquilo y tan efectivo, vive en ti.  Mira hacia Él y permanece ligado a Él.  Pídele que te dirija y te guíe todos los días.  ¡Fluye con Él y encontrarás descanso y paz interior, que te permitirán ser efectivo y fructífero esté donde estés! 
Bendiciones,

Joseph Prince


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