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martes, 4 de febrero de 2020

Adora A Dios Tal Como Eres

Inspiración de Gracia
A fin de presentársela a Sí Mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.  (Efesios 5:27)
¿Has estado en un servicio de adoración donde estabas con las manos levantadas, listo para adorar a Dios, solo para escuchar al líder de adoración decir: “Antes de adorar a Dios, busquemos en nuestros corazones”?  Luego, mientras buscas en tu corazón, en poco tiempo, desentierras algo que no te gusta.  Lo siguiente que sabes es que tus manos ya no están levantadas y pronto mejor te sientas —ya no te sientes bien adorando a Dios.
Amigo, tengo buenas noticias para ti.  Acércate y adora a Dios tal como eres.  ¡Entra a la presencia de Dios consciente de Jesús, del perdón y de la gracia!  Entra a la presencia de Dios trayendo solo a Jesús, el Cordero Dios sin mancha, como tu ofrenda.
Tu adoración a Dios es como en los tiempos en que el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento traía sus ofrendas al sacerdote.  El sacerdote examinaba el animal para el sacrificio para asegurarse de que no tuviera imperfecciones.  El sacerdote no examinaba al pecador.  Si el animal no tenía mancha, Dios aceptaba el sacrificio del animal, así como al oferente que trajo al animal.
Así que, cuando tú entres a la presencia de Dios, no te practiques un autoexamen y te desanimes por encontrar fallas en tu vida.  Dios no te está examinando.  Él te ve a través del valor total y, toda la belleza y aceptación de Su Hijo. (Ver Efesios 1:6)  ¡Él te ve santo y sin mancha!
¿Recuerdas a la mujer referida como pecadora, posiblemente una prostituta?  Ella fue a la casa del fariseo que estaba hospedando a Jesús y limpió los pies de Jesús con su cabello. (Ver Lucas 7:36–50)  Ese fue su acto de adoración.
Ella se acercó a Él tal como era.  Sí, ella sabía que había pecado, pero primero adoró a Jesús por quién Él es.  Ella estaba consciente de Jesús.  Luego, ella escuchó a Jesús decir: “Tus pecados han sido perdonados”. (Lucas 7:48)  Ella recibió el perdón que necesitaba de Él.
Cualquier cosa que necesites del Salvador, acércate a Él tal como eres.  Adóralo por quién Él es y luego lo escucharás decir: “Sigue tu camino. Tu restauración ha llegado.  Tu provisión está aquí.  Tú estás sano.  ¡Has sido hecho libre!”
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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