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miércoles, 19 de febrero de 2020

El Amor De Dios Demostrado


Inspiración de Gracia
El que no eximió ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?  (Romanos 8:32)
Cuando pasamos por una prueba, tendemos a preguntarnos: “¿Dios realmente me ama?  ¿Cómo es que no me lo parece?”  Cuando eso sucede, es tiempo de traer la cruz, porque el amor de Dios por ti está demostrado para siempre en la cruz.
Dios entregó a Su Hijo para que sufriera y muriera en la cruz por ti.  Jesús fue perforado en siete lugares, por ti —en Su cabeza por la corona de espinas, en Sus dos manos y pies por los clavos, y en Su costado y corazón por la lanza de un soldado romano.
Jesús llevó la corona de espinas en Su cabeza para que tú puedas tener una mente sana, libre de temores, culpa, depresión, ansiedades y estrés.
Cuando Jesús mostró por primera vez Sus manos perforadas por los clavos a Sus discípulos, les dijo: “¡La paz sea con ustedes!” (Juan 20:19–20)  Él quería que ellos supieran que la paz se encuentra en Su obra terminada, tipificada por Sus manos perforadas.  Cuanto más veas Su obra terminada, que ha comprado el perdón completo de todos tus pecados, habrá más de Su paz y reposo llegando a tu conciencia.
Los pies de Jesús lo llevaron a lugares donde había necesidad, enfermedades, rechazo, condenación e incluso muerte.  Y esos pies fueron perforados por clavos para que tú no tengas que estar en tales lugares por ti mismo.  Él te ha rescatado de tener que aceptar y sufrir estas cosas en la vida.
Sangre y agua fluyeron del costado de Jesús cuando fue perforado. (Ver Juan 19:34)  La ciencia médica nos dice que eso significa que Su corazón había sido roto.  Jesús murió literalmente por el corazón roto para que tu corazón pueda estar lleno de alegría.
Y así como Eva salió del costado de Adán cuando él estaba durmiendo, la novia de Cristo, la iglesia, salió del costado traspasado de Jesús y de Su muerte.  Si Él murió para tenerte como Su novia impecable, Él vive hoy para cuidar de ti.
Amado, las únicas cosas hechas por el hombre que están en el cielo hoy son esas cicatrices en Su cuerpo.  Estas permanecerán para siempre como señales de Su eterno amor y pasión por ti.  Así que, si Dios no eximió ni a Su Hijo, sino que lo entregó por ti, ¿cómo no te dará gratuitamente junto con Él todas las cosas?
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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