Inspiración de Gracia
“… Regocíjate, oh estéril, la que no concibes; prorrumpe y
clama, tú que no tienes dolores de parto…”
(Gálatas
4:27)
Esterilidad. Qué condición tan dolorosa y frustrante. Sin embargo, en Isaías 54, la Palabra de Dios
para aquellos que experimentan esterilidad es que se alegren —“¡Grita de
júbilo, oh estéril!”
¿Por qué? Porque
en el capítulo anterior, se nos dice que el castigo por nuestra paz cayó sobre
Jesús. (Ver Isaías 53:5) La palabra “paz”
utilizada aquí, en hebreo significa plenitud, estabilidad, salud, seguridad y
provisión. En otras palabras, todos estos beneficios son tuyos hoy porque
Jesús ya fue castigado en la cruz por tu paz. Es por
eso que tú puedes comenzar a alegrarte.
Así que, Dios quiere que ahora, en cualquier área en
la que tú te sientas estéril, comiences a alegrarte como si el fruto o el producto
que deseas ver, ya hubiera llegado. Él
quiere que tú comiences a pensar, hablar y actuar como si la esterilidad ya no
existiera.
Si estás
financieramente estéril, comienza a planificar lo que vas a hacer cuando tus
finanzas incrementen. No estoy diciendo
que salgas y gastes imprudentemente, sino que comiences a hacer planes para tu
crecimiento. El momento para hacer esto
es cuando todavía estás en lo que tus ojos naturales ven como una etapa
estéril.
Puede ser que digas: “Pastor
Prince, no lo entiendes, ¡los bancos me están persiguiendo!”
Dios dice: “Alégrate
porque tú ya has sido bien provisto en Cristo”. En
Cristo, tú ya has sido bendecido con toda bendición espiritual, incluida la
provisión financiera. (Ver Efesios 1:3)
“Porque conocéis la gracia de
nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se
hizo pobre, para que vosotros por medio
de Su pobreza llegarais a ser ricos.” (2 Corintios 8:9)
Si estás enfermo,
comienza a planificar hacer lo que no has podido hacer. No te alegres solo cuando la sanidad se
manifieste y el dolor ya no exista. Alégrate
ahora en tu sanidad porque Jesús ya ha llevó
tus enfermedades y cargó tus dolores, y por Sus llagas, tú ya has sido sanado.
(Ver Isaías 53:4–5)
En cualquier situación
estéril en la que te encuentres, alégrate y dile a Dios: “Padre, debido al sacrificio de Tu Hijo, yo estoy bendecido con todas
las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo. Tú ya me has dado todo. ¡Así que voy a actuar como si eso fuera así y estaré
alegre!”
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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