Inspiración de Gracia
Porque Tú has sido mi socorro, y a la sombra de Tus alas
canto gozoso. (Salmos 63:7)
Hay personas que me han dicho: “Pastor Prince,
por favor ore por mí. Yo no puedo ver
una salida al desastre en el que estoy. Sé
que todo esto es mi culpa. Y en este
momento, ni siquiera sé si Dios escuchará mis oraciones.”
Si lo piensas, muchos
de nuestros problemas son de nuestra propia creación. Pero es
cuando merecemos el castigo y no la bendición, que podemos recibir la gracia —¡el
favor inmerecido y la ayuda injustificable de Dios!
Cuando nosotros dejamos
de tratar de ser merecedores de la ayuda de Dios, encontramos a Dios más que
deseoso de ser nuestro Salvador. Pero cuando seguimos tratando de resolver las
cosas, estamos tratando de ser nuestros propios salvadores. A lo que Dios dirá: “Sálvate a ti mismo porque
Yo no puedo ayudarte mientras no necesites Mi ayuda.”
Tú podrías estar
pensando: “Pero Pastor Prince, ¿no sabes acaso que Dios ayuda a los que se
ayudan?”
Contrario a la creencia
popular, ese dicho de que “Dios ayuda a los que se ayudan”, ¡no está en la
Biblia! Dios no ayuda a quienes se
ayudan a sí mismos. Él ayuda a quienes están indefensos y dependen de Él. Él ayuda a aquellos que lo ven como su única
fuente de ayuda para su problema.
Si tú dices: “Mi
problema es que soy débil”. Dios dice: “Eso no es problema. Yo Soy tu fortaleza”. Si dices: “Señor, mi cara es el problema. Soy feo”.
Dios dice: “Haré brillar Mi
rostro sobre el tuyo. Yo Soy tu gloria”. Si dices: “Señor, yo soy el problema. No soy nadie”. Dios dice: “Yo te haré alguien”.
Desafortunadamente,
muchos de nosotros todavía estamos tratando de ayudarnos a nosotros mismos,
pensando que para ciertos asuntos, realmente no necesitamos a Dios. Pero Dios dice: “Separados de Mí nada podéis
hacer”. (Juan 15:5) ¿Realmente
creemos eso? ¿O creemos que sin Él, nosotros
todavía podemos hacer algunas cosas para ayudarnos a nosotros mismos?
Solo cuando nos damos cuenta de que no podemos
hacer nada y que no somos nada en y por nosotros mismos, vamos a poder hacer
todas las cosas por medio de Cristo, que nos fortalece. (Ver Filipenses 4:13) ¡Entonces,
veremos el favor inmerecido y la ayuda injustificable de Dios que nos librará
de todo mal!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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