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miércoles, 4 de agosto de 2021

Los Buenos Frutos Se Producen Bajo La Gracia

 Inspiración De Gracia


Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo.  2 Corintios 11:3

Hay algo de lo que me gustaría que tú fueras consciente hoy.  El enemigo, aunque fue derrotado en la cruz, es un adversario astuto.  Él hace que las personas se aparten de la simplicidad del evangelio hacia las obras, porque él sabe que muchos creyentes son sinceros en querer agradar a Dios.

Él sabe que ellos tienen un entusiasmo o celo por Dios.  Pero también sabe que el hombre tiene algo que se llama orgullo.  Entonces, ¿qué hace?  Él se aprovecha de su orgullo y desvía su celo usando la ley.  Él les dice: “¿Quieres estar bien con Dios y agradarle?  Entonces aquí están Sus leyes para que las obedezcas y debes obedecerlas a la perfección”.

En el libro de Romanos, Pablo habla de este celo equivocado, que prevalecía entre sus hermanos judíos:

Amados hermanos, el profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que los israelitas lleguen a ser salvos.  Yo sé que ellos tienen un gran entusiasmo por Dios, pero es un fervor mal encauzado.  Pues no entienden la forma en que Dios hace justas a las personas ante Él.  Se niegan a aceptar el modo de Dios y, en cambio, se aferran a su propio modo de hacerse justos ante Él tratando de cumplir la ley.

—Romanos 10:1–3, NTV

Eso mismo sigue sucediendo hoy.  Muchos creyentes, en su celo por Dios o su orgullo, están tratando de agradar a Dios y volverse justos al tratar de guardar la ley.  Ellos no comprenden que Dios justifica a una persona únicamente por la gracia mediante la fe.  Ellos rechazan el camino de Dios y se aferran a lo que ellos piensan que los hace justos —su obediencia a las leyes de Dios.

Sin embargo, la ironía de todo esto es que al tratar de guardar las leyes de Dios para ser justos, las personas producen obras de la carne como adulterio, fornicación, odio, herejías y embriaguez. (Gálatas 5:18-21)  ¿Por qué?  Porque “el poder del pecado es la ley”. (1 Cor. 15:56)  La ley despierta o agita las pasiones pecaminosas dentro de nuestra carne. (Rom. 7:5)

Gálatas 5:22–23 enumera el fruto del Espíritu como “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”.  Nota que Pablo menciona el fruto del Espíritu hasta el quinto capítulo.  En los primeros cuatro capítulos, él habla de la gracia, contrastándola con la ley y debatiendo fervientemente por la justificación por la fe, porque los cristianos de Galacia estaban regresando a estar bajo la ley.  Pablo estaba esencialmente devolviéndolos a la gracia pura, antes de hablarles sobre el fruto del Espíritu.

¿Puedes ver cómo el fruto de estar bajo la gracia es el fruto del Espíritu?  Nota también cómo Pablo lo llama las obras de la carne y el fruto del Espíritu.  ¿Cuál es la diferencia entre “obras” y “fruto”?  Las obras son el resultado del esfuerzo propio que surge de estar sometido a las duras exigencias de la ley.  ¡El fruto es el resultado de la vida!  Tal como un árbol naturalmente producirá buenos frutos cuando está bien regado y recibe la cantidad adecuada de luz solar, así un cristiano producirá buenos frutos sin esfuerzo propio cuando él o ella estén siendo bien regados por la palabra de Su gracia y estén expuestos a la luz del amor de Dios.

Amado, si tú quieres exhibir el fruto del Espíritu, asegúrate de estar escuchando la gracia pura de nuestro Señor Jesús que te recuerda que tú estás justificado por la fe en el Cordero que murió por ti.  Esto te ayudará a edificar tu vida sobre la Roca sólida de Cristo y el fundamento firme de Su obra terminada.  Lucha fervientemente para escuchar y vivir el verdadero evangelio, por la gracia a través de la fe.  Esto te llevará a la tierra prometida, porque el evangelio es el poder de Dios para tu salvación en cada área de tu vida.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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