Inspiración De Gracia
¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis
adversarios! Muchos se levantan contra
mí. Muchos dicen de mí: “Para él no hay
salvación en Dios”. (Selah) Mas Tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío, mi
gloria, y el que levanta mi cabeza”. Salmos 3:1-3
Mientras lees lo que le sucedió a
David mientras clamaba a Dios en los versículos anteriores, observa el selah en el salmo. Vas a encontrar esos “momentos selah” a lo largo de los salmos de
David. Eso significa que David hizo una
pausa... y escuchó.
En esos momentos, David apartó los ojos de sus problemas y
miró a su Dios. En esos momentos, yo creo
que él recordó nuevamente que él no tuvo que pelear sus batallas porque el
Señor de los ejércitos peleó por él. (1 Sam. 17:45–47) Él recordó nuevamente al Dios que lo había
librado de las garras del león y de las garras del oso, el Dios que venció a
Goliat sin espada ni lanza. Y mientras miraba
al Señor, él se fortaleció en el Señor (1 Sam. 30:6), y fue entonces que las
cosas comenzaron a cambiar.
El cambio vino cuando él quitó su enfoque de sus
circunstancias dolorosas y terribles, y se dejó absorber por la gracia del Señor, cuando él hizo una
pausa y se sintonizó con lo que el Señor le estaba animando en su interior. Yo creo que en esos breves momentos de meditar
en la bondad y la misericordia de Dios, él escuchó al Señor decirle: “David,
¿por qué estás preocupado por toda esta gente que viene contra ti? Yo soy
tu escudo. Yo soy la gloria y el que levanta tu cabeza”. Eso fue lo que causó el punto de inflexión de
David en esa situación. El consuelo de
Dios vino a David cuando él eligió el selah.
¿Te parece como que tus enemigos han aumentado y muchos se
están levantando contra ti? ¿Has estado
recibiendo un informe médico negativo tras otro? Quizás encontraron mucho más de que
preocuparse que lo que sabías anteriormente. Y ahora tu corazón está cargado porque sientes
como que quizás ni siquiera Dios pueda ayudarte.
En momentos como este, haz lo que hizo David. Selah.
Haz una pausa y elige correr hacia el
Señor en presencia de tus enemigos.
Cuando David volvió al salmo, sus enemigos todavía estaban
allí. Pero él pudo levantarse y
declarar: “Mas Tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío, mi
gloria, y el que levanta mi cabeza”.
En tus momentos selah
con el Señor, tú encontrarás tu punto de inflexión y tu victoria. No te desanimes. No huyas de Él. Corre hacia Él y adóralo.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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