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jueves, 5 de agosto de 2021

Momentos Selah

 Inspiración De Gracia


¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis adversarios!  Muchos se levantan contra mí.  Muchos dicen de mí: “Para él no hay salvación en Dios”. (Selah)  Mas Tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza”.  Salmos 3:1-3

Mientras lees lo que le sucedió a David mientras clamaba a Dios en los versículos anteriores, observa el selah en el salmo.  Vas a encontrar esos “momentos selah” a lo largo de los salmos de David.  Eso significa que David hizo una pausa... y escuchó.

En esos momentos, David apartó los ojos de sus problemas y miró a su Dios.  En esos momentos, yo creo que él recordó nuevamente que él no tuvo que pelear sus batallas porque el Señor de los ejércitos peleó por él. (1 Sam. 17:45–47)  Él recordó nuevamente al Dios que lo había librado de las garras del león y de las garras del oso, el Dios que venció a Goliat sin espada ni lanza.  Y mientras miraba al Señor, él se fortaleció en el Señor (1 Sam. 30:6), y fue entonces que las cosas comenzaron a cambiar.

El cambio vino cuando él quitó su enfoque de sus circunstancias dolorosas y terribles, y se dejó absorber por la gracia del Señor, cuando él hizo una pausa y se sintonizó con lo que el Señor le estaba animando en su interior.  Yo creo que en esos breves momentos de meditar en la bondad y la misericordia de Dios, él escuchó al Señor decirle: “David, ¿por qué estás preocupado por toda esta gente que viene contra ti?  Yo soy tu escudo.  Yo soy la gloria y el que levanta tu cabeza”.  Eso fue lo que causó el punto de inflexión de David en esa situación.  El consuelo de Dios vino a David cuando él eligió el selah.

¿Te parece como que tus enemigos han aumentado y muchos se están levantando contra ti?  ¿Has estado recibiendo un informe médico negativo tras otro?  Quizás encontraron mucho más de que preocuparse que lo que sabías anteriormente.  Y ahora tu corazón está cargado porque sientes como que quizás ni siquiera Dios pueda ayudarte.

En momentos como este, haz lo que hizo David.  Selah.  Haz una pausa y elige correr hacia el Señor en presencia de tus enemigos.

Cuando David volvió al salmo, sus enemigos todavía estaban allí.  Pero él pudo levantarse y declarar: “Mas Tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza”.

En tus momentos selah con el Señor, tú encontrarás tu punto de inflexión y tu victoria.  No te desanimes.  No huyas de Él.  Corre hacia Él y adóralo.

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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