Y Rut la moabita dijo a Noemí: “Te ruego que me
dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle
gracia.” Y ella le respondió: “Ve, hija
mía.”
Rut 2:2
Al verte a ti mismo en
lo natural, ¿ves sólo carencias? ¿Dices:
“No tengo una buena educación,” “Soy pobre,” “Estoy demasiado viejo,” o “Soy
divorciado”? Tengo buenas noticias para ti.
¡Como creyente comprado por sangre y como hijo de Dios, tú tienes el favor
sobrenatural de Dios!
En la Biblia, Rut era
una pobre viuda moabita que se fue con su suegra para vivir en Belén, un pueblo
judío, cuyos habitantes marginaban a los moabitas. Pero ella no permaneció abatida en la
autocompasión y el lamentarse por ser una viuda pobre, de la raza incorrecta,
que estaba en el lugar incorrecto. En
vez de eso, ella creyó que Dios iba a
favorecerla y declaró: “Hallaré favor en
el campo al que vaya a recoger espigas.”
En lo natural, Rut tenía
todo en su contra. Pero debido a que confiaba en el favor de Dios,
ella no solo se convirtió en la esposa del hombre más rico de Belén cuando Booz
se casó con ella, también se convirtió en la bisabuela de David y su nombre fue
incluido en la genealogía de Jesucristo, ¡aun cuando ella no era judía! Eso es
lo que el favor sobrenatural de Dios hizo por ella. Esa es la clase de bendiciones que el favor
sobrenatural de Dios puede darte.
Una miembro de la
iglesia, nos compartió como debido a circunstancias imprevistas, ella iba tarde
a una entrevista de trabajo. Pero ella confesó el favor de Dios sobre ella antes de la entrevista, y milagrosamente los entrevistadores la
preseleccionaron para una segunda entrevista.
Había aproximadamente
otros 40 aspirantes que tenían la experiencia correcta. Y aunque ella no tenía la experiencia
relevante, por el favor de Dios,
ella obtuvo el trabajo, el cual le llegó con una mejor paga y un subsidio para
automóvil que cubría totalmente el préstamo por su auto. Su nueva empresa, incluso quería a pagarle
los gastos de combustible y del celular —¡todo
porque ella creía y confesaba que tenía el favor de Dios!
No mires lo que no tienes en lo natural y veas solo
carencias. ¡Confía en el favor de Dios y
verás bendiciones que tus habilidades naturales no pueden dar!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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